Capítulo 23: Quemadura

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— Lo amas? — detrás de las gruesas puertas selladas, solo se podían escuchar los gritos de dolor de los guerreros, las murallas caer y los pies correr.

Desde que entraron, había pasado el suficiente tiempo como para volverse incómodo estar en la misma sala que el Rey Lan.

— Disculpa?

— Amas a Xichen? — cuestionó de nuevo, arrastrando sus palabras con severidad. El Jiang prefirió mantener la boca cerrada, no sabe cuál sería la reacción del qianyuan, sea cual sea su respuesta, podría traer malos resultados — Responde a tu Rey.

— Acaso importa? — susurra con los dientes apretados, dejando que el qianyuan lo intimide.

— No realmente — Qiren sonríe, caminando frente las tablillas de todos sus familiares muertos. Sus dedos pasan sobre los bordes polvorientos que no han sido limpiado en años, como el resto del salón ancestral en el que se encuentran encerrados —. Sabes que él no te quiere, cierto? Todo hecho por la mente de un niño caprichoso tratando de recuperar su legítimo lugar sobre el trono y con la corona sobre su cabeza. Él te usó, sabía que joderte me haría enojar y lo logró — siguió hablando, sin importar que sus guerreros pedían a gritos la ayuda y guía de su Rey —. Aseguró su descendencia con un kunze de buen linaje, llevó a su hija lejos de la guerra donde la muerte está lejos y te dejó para perecer en la soledad, como el simple objeto que eres.

— No me importa.

— Oh, claro que te importa! — el qianyuan es rápido en llegar frente a él y tomarlo de la quijada, apretando con fuerza para mallugar la ya lastimada piel de su mentón — Si no te importara no rogarias por su regreso en tus sueños, no alzarias la mirada con interés cada que llega una carta de los demás Reinos — bufa —. No puedes mentirme, Jiang Wanyin, ya no.

La presión sobre su boca es tanta que no puede articular ni una sola palabra. Deja que Lan Qiren lo arrastre hasta las tablillas donde los nombres de los padres de Xichen descansan y simplemente lo deja caer al suelo con estruendo.

Espera que sea todo, pero pronto el hombre mayor toma su cabello con rudeza para que levante su rostro y mire los nombres finamente tallados en plata y madera — Querido hermano, querida cuñada — dice con sorna —, estoy aquí para presentar a alguien especial en la familia, el padre de su querida nieta, la pareja del Rey y la puta de Zewu-Jun. No es un buen encuentro? Quieres decirles algo, hmm?

— Bastardo demente!

— Oh, me hieres Wanyin, mi querida pareja — se asquea de la burla existente en la voz del mayor —. Qué dices, debería follarte aquí mismo?

Piensa que el qianyuan no estaría tan mal como para hacerlo justo en un salón ancestral, aún peor, considerando que ahí afuera decenas de hombres están dando sus vidas para salvar a no más que un idiota. Quiere creer que Lan Qiren está bromeando, tratando de llevarlo al límite antes de matarlo. Pero descubre que habla muy en serio cuando siente las manos del Lan levantar su túnica.

— Qué demonios...!

— Quédate quiero si no quieres que te corte el cuello! — ciertamente no es la primera vez que Lan Qiren usa su voz de mando con él, desde que lo marcó ha aprovechado cada oportunidad para obligarlo a chuparle la polla frente a los ancianos del Reino o denigrarse en la privacidad de sus habitaciones, sin embargo, está vez se siente sofocante. El olor a sangre e incienso se siente como neblina espesa en una mañana de invierno, su visión se pone borrosa y pierde todo movimiento voluntario.

Lan Qiren es crudo e inhumano. No le importa si lo lastima en el proceso, nunca le ha importado. Se muerde los labios ante la primera embestida seca y ruda, evitando mirar hacia arriba para no ver las tablillas familiares.

El Concubino Del Jade Donde viven las historias. Descúbrelo ahora