Tal y como el Lan lo había dicho. Fueron llamados al salón principal pocos días después. Con el celo de Huaisang apenas desapareciendo. Se encontraron arrodillados frente al blanquecino trono, aquel qianyuan a mirándolos con una sonrisa burlona.
— Atacar a un guardia del reino, asesinarlo sin motivos y después simplemente huir — empezaba a decir con diversión —, cuando traje a dos kunze importantes, al menos esperaba un poco de educación de su parte.
— Fue en defensa propia — recriminó, el aroma del Nie mostraba su miedo —, si no lo hubiera hecho, hubieran violado de él.
— Te di permiso para hablar?
— No necesito su permiso.
Levantó la vista, sabía que debía de quedarse callado, pero era el kunze interior quien lo hacía hablar sin reparo. A los dos lados del trono podía ver los rostros preocupados de los jades de Gusu. Lan Wangji advirtiéndole con la mirada.
Con una simple señal de dedo, dos guardias se posicionaron a sus costados, levantando sus relucientes espadas y listos para atacar.
— Tiene suerte de que son de esos kunze que conviene tenerlos vivos. Que estén listos para esta noche, los quiero en mi aposento junto a los demás.
.
Tal vez esto era mil veces peor que morir decapitados. Caminando en pocos trapos por los pasillos para llegar a los aposentos del Rey.
No entendía la emoción de los demás kunze y mujeres. Qué tenía de bueno?
En cuanto las puertas se abrieron, el nauseabundo aroma a sexo llenaron sus fosas nasales, la imagen no era mucho mejor. El gran Rey de Gusu Lan se encontraba rodeado de kunze desnudos y mujeres jadeantes. El mismísimo líder follando a un joven cualquiera que apenas podía pasar de los quince años.
— Por qué se quedan parados? Los estaba esperando — alzando la mano en su dirección, las risillas de las nuevas resonaron con emoción.
Como siempre, Huaisang se escondió detrás de él. A pesar de ser un kunze, Wanyin se caracterizaba por su físico más parecido al de un qianyuan orgulloso y joven. Tan alto como los guardias de su padre y con la fuerza de su madre.
Una vista para nada exquisita para un hombre como Lan Qiren, por el contrario, Huaisang era lo que encajaba en la imagen del kunze perfecto; delgado, débil y refinado.
— Mi anfitrión de hoy, Jiang Wanyin, príncipe de Yunmeng — la burla pintando cada una de sus palabras —, quieres darnos el honor de impresionarnos con tu belleza.
Palabras llenas de mentiras, risas de los demás al mirar a un kunze tan inadecuado ser llamado por primera mano. Las ventajas de haber crecido como un guerrero y no como un príncipe eran demasiadas, la fuerza y agilidad, su capacidad estratega y afinidad al arte marcial eran una cosa. Controlar por completo su aroma era otra.
Evitó sonreír, pero el placer era innegable. Ver al qianyuan arrugar el rostro para después apretar su nariz era tan efervescente. Un aroma tan agrio que incluso otros kunze parecían rechazarlo, para un qianyuan podría ser un martirio.
— Su majestad? — un osado guardia entró a la habitación, siendo afectado de inmediato por su aroma.
— Saquen a todos de aquí! Que no vuelvan! — grito conteniendo las arcadas. Wanyin nunca se había sentido tan orgulloso de saber sacar lo peor de sí mismo.
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El Concubino Del Jade
FanficCuando te encuentras bajo el yugo del hombre que te arrebató de los brazos de tus padres, la única alternativa que te queda es seguir las órdenes. Sin embargo, para un kunze como Jiang Cheng, las cosas solo van empeorando cuando se ve involucrado c...