Capítulo 18: Sin Camino

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Wanyin abraza a su hija inmediatamente. Puede ver el filo de la espada de Lan Qiren reflejar la luz de las velas, una mueca molesta amenazando su vida y la de su pequeña.

- Es tú hija! - habla lo suficiente duro como para hacer llorar a la criatura en sus brazos - Es tu heredera, no puedes hacer esto!

- Una niña, esperaba por lo menos a un varón.

- Ella puede ser un qianyuan, si es un quianyuan estaría bien para ti - le duele rogar al hombre, la herida en su vientre, tan fresca como su miedo, sangra una vez más con el movimiento al tratar de hundirse más lejos del qianyuan que levanta su espada -. Te juro es que tu sangre.

- Crees que soy tan ingenuo? No tengo a todos los demás Reinos a mis pies por un ejército grande, es por estrategia e inteligencia. Jiang Wanyin, debiste haber planeado mejor - el Jiang se te da cuando el Rey se sienta a la orilla del lecho, manchando su nido con su desagradable aroma -. Mis consejeros lo han dicho, incluso Su She antes de desaparecer, no eres una persona confiable, y ese bebé en tus brazos es una prueba de ello.

El tiempo pasa lento cuando Lan Qiren le arrebata a su hija de sus brazos. No tiene la fuerza física para mover un solo músculo y solo puede escuchar a su bebé rogar por ser devuelto a los brazos de su verdadero padre.

Tiene miedo, nunca ha estado tan asustando en toda su vida. No teme por su vida, ni por la de su hermano, ni por la de Huaisang o la de los hermanos Lan. Teme por la seguridad de su sentido de vida, Lan Xiang, la parte más grande de su alma.

- Lan Wangji, sal antes de que también me enoje contigo.

Wei Wuxian encuentra la forma de salir sin ser visto por Lan Qiren y sus hombres. Tiene la agilidad de escabullirse en la oscuridad como un zorro astuto y con ayuda de Huaisang, es capaz de llegar a su habitación para refugiarse durante el torbellino.

Por su lado, Lan Zhan sabe que no es una opción viable escapar en ese momento. Se mantiene quieto detrás del biombo, pronto su tío se acerca lo suficientemente como para patear la pantalla de madera y papel, solo para mirar con desconfianza a su sobrino.

- Shufu...

- Cómo es qué estas aquí? Cómo te enteraste del parto prematuro de Wanyin? - sus labios se sellan, es imposible que se hubiera enterado por palabras de guardias o pueblerinos y poder llegar a tiempo como para que su tío lo encontraste, es obvio que alguien más le ha avisado - Fue alguno de mis guardias? Alguna concubina?

- Yo...

- Seguramente fue ese kunze Nie, siempre me dio tan mala espina - exclama cansado cuando el bebé que sigue en sus brazos se queja de la falta del calor de su padre -. Nie Huaisang, debí suponerlo, siempre los que lucen tontos son los más astutos.

- No fue él - por fin dice, puede culpar a algún guardia, sí.

- Claro que fue él, quién más sabría del parto tan pronto como para avisarte?

Wen Qing siente el miedo subir por su espalda, pensar en lo que le podrían hacer a Huaisang si lo culpan, si lo descubren. Teme tener que hacer lo que siempre hace, enterrar el cuerpo de un inocente que solo buscaba una oportunidad de escapar.

- Fui yo - dice en voz alta para no arrepentirse de lo que está haciendo, piensa en su hermano y sabe que es lo suficientemente fuerte como para seguir sin ella, es inteligente, encontrará una forma de seguir adelante -. Yo le he avisado a Hanguang-Jun sobre el parto de su Alteza.

- Bien - un sola palabra y ya la tienen sujeta de los brazos y cuello, la hacen hincarse ante el Rey y mirarlo a los ojos -. Eres la mejor curandera de Gusu Lan, agradece que no te corte el cuello de una tajada. Treinta días y treinta noches sin alimento ni bebida, veremos si eres lo suficientemente fuerte.

El Concubino Del Jade Donde viven las historias. Descúbrelo ahora