🌼38.-Perdonar e hipnotizada.🌼

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Pasan tres semanas hasta que me digno a resolver todo con Felicity tras darle vueltas y vueltas al asunto

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Pasan tres semanas hasta que me digno a resolver todo con Felicity tras darle vueltas y vueltas al asunto. Olive se fue del pueblo dos días después de Halloween, yo me despedí de ella afuera de su casa y ambas lloramos. Ella me insistió en ir a visitarla a California algún día y me hizo prometer no faltar a su boda, yo se lo prometí.

Estaba sentada en el porche de la entrada de la casa de Felicity cuando Tom llegó y me vio ahí.  Usaba un traje y tenía a su bebé en los brazos con la pañalera en el hombro. 

Estoy sentada en la sala de su casa bebiendo café cuando se sienta frente a mí sin saber que decir.

—Entonces... quieres hablar con ella—susurra y yo asiento mientras juego con Tom bebé—Agnes, sé que no soy de tu agrado, lo sé, pero tú a mí si me agradas y te considero como una hermana pequeña, sólo quiero que sepas que sé que cometí un error, que fui un idiota, y que lastimé a tu hermana gratuitamente gracias a mi inmadurez pero estoy dispuesto a recompensárselo por el resto de su vida porque la amo. Es verdad, en serio, lo juro.

Lo miro a los ojos y asiento.

—¿Sabes, Tom?, voy a procurar no meterme en su relación, si la amas o no es tu problema y si ella decide perdonarte también. Estoy cansada de juzgar—me encojo de hombros—Supongo que todos merecemos una segunda oportunidad, realmente espero que no se esté equivocando contigo y que pueda ser feliz.

Él asiente y yo le regalo una media sonrisa, está a punto de llorar y me abraza con fuerza, casi se rompe con eso. Yo paso la palma de mi mano por su espalda para tranquilizarlo y él asiente y se aleja.

—¿Ya comiste?

—No tengo hambre.

—Bien, iré a dormir a Tom y en unos 20 minutos llegará Felicity con los niños así que... me avisas si necesitas algo.

Asiento y él toma a su bebé en brazos y se va escaleras arriba. Yo me dejo caer en el sofá mientras veo los cuadros de mis sobrinos junto a sus padres hasta que casi me quedo dormida y de pronto llegan los niños gritando cuando me miran y gritan más y me abrazan. Felicity se detiene en medio de la sala mirándome.

EL FATÍDICO AÑO EN EL QUE ME ENAMORÉ DE UN SACERDOTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora