🌼13.-Bebé y futbol.🌼

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Pasan dos semanas, no me acerco a la iglesia y Nathaniel no va a casa de mis padres cuando sabe que yo estaré ahí

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Pasan dos semanas, no me acerco a la iglesia y Nathaniel no va a casa de mis padres cuando sabe que yo estaré ahí. El trabajo en el restaurante es cada vez menor, o quizá ya me estoy acostumbrando, a esta altura no importa.

Paso dos noches a la semana en casa de Jake, no sé por qué, sólo lo hago. 

Me he preguntado mil veces si es que en realidad me gusta la sensación de una vida normal, de estar demente e imaginar que esta es mi vida; que estoy casada con Jake y tengo dos hijas y eso es todo. No hay más. Una casa enorme, sábanas limpias y suaves, un jardín gigante, una granja, la nevera repleta, agua caliente, aparatos funcionales, todo en su lugar.  A veces es lindo.

—¿Sabes? Creo que deberías de mudarte aquí—escucho mientras desayuno en silencio en la amplia cocina de Jake.

Ni loca, pienso.

—Quizá—digo.

Él besa mi cabeza y acaricia mi espalda, yo no siento absolutamente nada, sólo veo mi pan tostado con mantequilla y mermelada y noto que se me quemó un poco.

—Debo de ducharme para ir al trabajo—aviso, levantándome y él me detiene.

—Deja ese trabajo—se ríe—No entiendo por qué trabajas ahí, honestamente, si quieres dinero puedo darte, no tengo ningún problema con eso.

Es tentador, no lo niego, pero si mi mamá se enterara de que Jake ha empezado a darme dinero a cambio de dejar el trabajo tendría una seria plática conmigo que duraría horas, y pensando en que últimamente ella no se ha sentido tan bien físicamente la verdad es que prefiero evitarle ese tipo de disgustos. Ni hablar de los reclamos que recibiría de Felicity si me atreviera a dejar el trabajo, no terminaría de recriminármelo nunca.

—Quizá después, hoy me tengo que ir—respondo, terminando mi pan y mi café. Él me quiere dar un beso pero yo pongo de excusa que me huele la boca por el café y me escapo de eso para después subir a ducharme.

Claro que no me deja libre, mientras me estoy duchando él entra y yo lo miro y acepto. Cuando ambos terminamos él empieza a pasar mi cuerpo con jabón y yo lo dejo, después me enjuago y salgo. 

Una vez en el trabajo saludo a una de mis compañeras y empiezo a atender las mesas que me tocan. Felicity llega por la tarde con Tom bebé en brazos y me pide que me acerque.

—Necesito que lo cuides, ha habido un problema con unos proveedores y tengo que ir a resolverlo. Te pagaré doble hoy. Sólo cuídalo.

Asiento y lo tomo entre mis brazos sin saber muy bien que hacer. Una cosa es tenerlo en mis brazos durante una hora, otra es cuidarlo todo un día, por lo general es Archie el que se encarga de él cuando los cuidamos. El bebé me mira y se ríe intentando agarrarme del pelo. Ella agradece y me entrega la pañalera y las llaves de su casa.

—También dale de comer a Annie y Duncan, porque la niñera canceló hoy, dice que tiene mucha tarea, sólo los llevará a la casa después de clases, así que no te preocupes por eso. Hay lasaña en el refrigerador, sólo caliéntala.

EL FATÍDICO AÑO EN EL QUE ME ENAMORÉ DE UN SACERDOTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora