🌼11.-Sueño y menstruación.🌼

111 10 0
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Soñé con Nathaniel

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Soñé con Nathaniel. 

Hacía años que no soñaba con él, y cuando lo hacía siempre era en su cuerpo, voz y personalidad adolescentes. Tan alto, sin barba, y tan risueño. Hoy soñé con él adulto, con barba, aquel traje de sacerdote, su sonrisa tímida, sus ojos serios, sus manos enormes y masculinas, su voz aterciopelada y su espalda ancha. 

Despierto con una capa de sudor cubriendo mi cuerpo, inhalo y exhalo y abro la ventana al lado de mi cama. Meto la mano a mi ropa interior, está tan mojada que me sorprendo viendo mis dedos.

—¿Qué carajo?—susurro.

Me levanto como un resorte y corro al baño, en donde me desnudo y abro la regadera; no hay agua caliente, pero no me importa porque mi cuerpo está hirviendo, así que entro y la ensoñación desaparece. 

Cuando termino de ducharme, lavo mis dientes, cepillo mi cabello y me visto para después bajar por las escaleras, en donde lo escucho; Está en la cocina. Nathaniel, como si hubiese salido corriendo de mis sueños y hubiese bajado. Me detengo en el último escalón, no sé por qué pero estoy nerviosa. Siento que el corazón se me va a salir del pecho, siento que si me ve a los ojos sabrá exactamente qué soñé. Soy un desastre.

¿Por qué me siento así?

—¿Aggie?—escucho—¿Eres tú?

—Sí, ma, soy yo—respondo cerrando los ojos maldiciendo.

—Ven a desayunar, Nathy está aquí—me avisa.

Bajo el último escalón y me dirijo hacia la cocina. Sólo está mi mamá y Nathaniel. 

—Tu padre salió temprano, un problema con el tractor—me dice ella sin más y Nathaniel y yo nos miramos algo incómodos—Te duchaste—señala, cambiando de tema y sonriendo—¡Hueles muy bien, Aggie!

—Lo dices como si fuera algo nuevo—bromeo.

—Eres más de bañarte en la noche. Amas estar en la tina  de baño flotando y mirando a la nada como Ofelia—se ríe.

EL FATÍDICO AÑO EN EL QUE ME ENAMORÉ DE UN SACERDOTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora