🦋FINAL (parte uno)🦋

62 7 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Me voy a casar!—exclama Archie a través de la video llamada y yo abro la boca sorprendida y casi tiro mi tenedor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Me voy a casar!—exclama Archie a través de la video llamada y yo abro la boca sorprendida y casi tiro mi tenedor.

—¿¡Con quién!?

—¡Con Guillermo, idiota!

—¿El beisbolista?—grito dejando el tenedor sobre mi plato—¡No lo puedo creer!

—¡Ya sé! La boda va a ser en Miami, su familia es de ahí. Agnes, ¡Estoy en shock! ¡Nunca creí casarme de verdad! Obviamente serás mi dama de honor, ¿Verdad?

—¿En las bodas gay hay damas de honor?—pregunto para molestarlo y cuando está a punto de llamarme homofóbica me río y digo—¡Sí, claro que seré tu dama de honor! ¡Pero yo elegiré los vestidos! No permitiré que me humilles.

—Bien, bien, está bien.

—No puedo creer que vaya a ser la única de la familia que nunca se ha casado—digo con tristeza—Mi sueño es tener al menos dos divorcios, digo, ¿Por qué carajo no me he escapado a casarme a Las Vegas? ¿Qué pasa conmigo que me ganaste esta carrera?

—Eugene tampoco se ha casado y es el segundo mayor.

—Él no cuenta.

—Tampoco Nathaniel se ha casado.

Su nombre suena como el de un lugar de la infancia, o un olor u objeto que escuchas, tocas o hueles y tu memoria te transporta a ese lugar de forma automática. Archie casi no lo menciona, y cuando lo hace no me da mucha información sobre él, sólo ese tipo de cosas como su estado sentimental.

—Felicítalo—digo irónica y él se echa a reír—¿Lo invitarás a tu boda?

—¿Te interesa verlo?

—¡Sólo estoy preguntando!

—¡Claro que lo invitaré, es como mi hermano!

—¡Bien!—exclamo con molestia.

—¡Bien!—repite imitando mi tono de voz—Me tengo que ir, Guillermo quiere coger y yo también, adiós.

—Jódete, presumido—bufo colgando. Miro mi celular y suelto un pequeño grito de molestia. Que envidia.

EL FATÍDICO AÑO EN EL QUE ME ENAMORÉ DE UN SACERDOTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora