Mi padre el Gigoló. [Libro III].

Capitulo 3.

¿WTF?

Sin duda este no es un buen comienzo.

Estoy recuperando la conciencia y me duele la frente. Escucho cuchicheos y me doy cuenta que no soy la única en el lugar.

Hay varias chicas más, creo que están igual de confundidas. Miro a los lados y todo está oscuro.

—¡AYUDA!

Escucho que gritan en alguna parte y mi cuerpo experimenta un escalofrío.

Nat si salimos de estás, nos mudamos de condado y nos dedicamos al tráfico de drogas.

No creo que esa sea una buena idea conciencia.

Una luz aleatoria me pega en el rostro así que achino mis ojos.

—Mmm que tenemos aquí—Una chica pelirroja me alumbra la cara—Rubia, ojos verdes, oh labios de infarto, tetas de prostituta y trasero de negra. Rayos chica quien es tu madre—Me mira a los ojos—Hizo buena mercancía.

—Por favor no me hagas nada—Digo—Puedo, puedo...

—Cállate—Dice—No voy a hacer nada preciosura.

Guiña su ojo. Y pasa a ver a la siguiente chica. Hace así una por una hasta que todas las luces se encienden y estamos rodeadas de chicas, con batas negras.
Miro entre ellas y distingo a Winnie y Benji, la segunda me guiña el ojo.

—Bienvenidas a la casa T.E.G., soy Pamela y soy la líder—Habla la pelirroja—El día de hoy hemos seleccionado a las chicas más sexys del nuevo ingreso, para ser la casa más envidiada y deseada del campus. Tendrán que hacer la iniciación y nosotras decidiremos si se quedan o no.

Todas empienzan a aplaudir y gritar.

—Espero no sean lloronas.

Las chicas a mi lado se emocionan y yo ni sé por qué estoy aquí.
Así que busco la salida.

—Hey tu—Dice Pamela—¿A dónde crees que vas?

— A mi habitación, es un error el que esté aquí.

—No lo creo, fuiste elegida por el panel.

Busco el panel que señala y mi cara está ahí, junto con mi nombre.

—Es que no, yo no soy sexy y no debería estar aquí.

—Otra de las cosas que se hace en esta hermandad—Dice la chica para todas—Es que nos ayudamos entre todas a fomentar el autoestima y amor propio.

Me quedo callada.

—Tranquila las pruebas son sencillas—Se da la vuelta, sus botas de cuero hasta las rodillas resuenan, y supo combinarla con la minifalda negra y croptop.

Las chicas la siguen, así que yo igual.

Estamos en la parte trasera de la casa y podemos ver una mesa con cervezas.

—Primera prueba—Habla otra chica pelinegra, su piel es pálida y tiene rasgos asiáticos—¿Que tanto pueden beber?