Mi padre el Gigoló. [Libro III].

Capitulo 6.

Al llegar a la fiesta.

This love de Maroon 5 sonaba a todo volumen en los altavoces, personas riendo, bailando e incluso fumando se posaron en mi campo de visión.

Mmm, con que esto es salir de fiesta.

Winn hala de mi brazo hasta la cocina donde se encuentra Benji besando a una chica.

—Hola hermosa secuaz—Winn Llama la atención de la mencionada.

Que se aparta de la chica con pereza antes de morderle el labio. Dirijo mi vista a otra parte.

—Trajiste a la mojigata—Sonrie abiertamente—¿Acaso quieres que la corrompa—Dice en tono seductor dando un paso a dónde estoy.

Winn da se mete en medio.

—Dejala, solo le hace falta un empujón para que abra sus alas—Suspira después de decir eso—¡AHORA DAME ALGO DE BEBER!

Ambas se centran en ingerir alcohol.

Mientras que yo poso mi mirada en las personas que hay acá. Nunca había visto tanta gente en un lugar tan cerrado, me doy cuenta que hace un calor infernal así que me escabullo hasta el patio.

Dónde hay más personas. Siento una mano en mi hombro así que de un salto me doy vuelta.

—La chica del ojo jabonoso— Él chico que estaba con Beck esta mañana me sonríe.

Su cabello negro con mechones rojos llaman mi atención, veo un pequeño piercing en su nariz y otro en el labio.

Su sonrisa es muy bonita adorna el rosa perfecto de sus labios.

—Se llama Natalie—Beck sale detrás de este con un cigarrillo en la mano.

—Oh, es un placer—Me extiende su mano—Me llamo Noah.

—Natalie pero me dicen Nat—Digo tímidamente.

Su sonrisa se ensancha más y yo me siento pequeñita a su lado. Veo a Beck enarcar un ceja.

—¿Dónde está tu novio?—Beck pregunta tras darle una calada a su cigarrillo.

Me sonrojo.

—Ehmm, ¿Novio?

—Dark—Dice con obviedad.

—¿Dark?

—Darion—Habla Noah— Confundes a esta pobre alma.

Beck suelta una ronca carcajada.

—Se me había olvidado de que eras nuevo ingreso.

Miro mis zapatos.

—Darion no es mi novio—Logro decir.

Una mano toma mi barbilla, Noah hace que lo mire a los ojos, grises. Muy hermosos.

—Mirame a la cara cuando hables, no muerdo—Sonrie de nuevo y mi estómago siente un nudo.

Beck se aclaró la garganta a nuestro lado.

—¡Nat!—Winn viene corriendo hacia mi—¡Tienes que bailar conmigo! ¡Está canción me encanta!

Toma mi mano arrastrandome hacia la pista.

Dancyn de Aarón Smith suena fuerte.

—¡Winnie no se bailar!

—Solo déjate llevar por el ritmo.

No me muevo y ella toma mis hombros y los mueve rítmicamente.  Ella da pequeños saltos mientras mueve sus caderas.
Me suelta para da un par de vueltas feliz.

Sonrío cuando hace que me enlaza con una soga imaginaria y tira de ella para para arrastrarme a ella, relajo mis hombros y comienzo a mover las caderas. Cierro mis ojos dejándome llevar por el ritmo.

Doy vueltas y salto con Winn mientras río abiertamente.

Siento una mirada pesada en mi nuca así que me doy vuelta. Darion está de brazos cruzados al otro lado. Me observa con enojo y apreta sus labios.

Le dedicó una sonrisa tímida antes de volverme y seguir bailando con Winn.

Luego de cuatro canciones convenzo a Winn de descansar. Estamos yendo a los sofás cuando una mano enrosca mi brazo para darme la vuelta.

—Espero te hayas divertido por qué ya te vas—La cara de Darion está muy cerca de la mía. Todo él apesta a alcohol.

—Dejala—Winn trata de que me suelte pero él la aparta.

—Darion déjame, no hago nada malo.

—No quiero problemas con tus padres, suficientes tengo con los míos.

—¡SOLO ESTABA BAILANDO!

—Y hablabas con chicos—Dice con amargura.

—Son mis amigos.

—¡AQUI NADIE ES AMIGO DE NADIE!—Explota—Deja que te lleve a tu habitación ¡Maldita sea!

—¡No!—Me suelto—Estoy harta de solo hacer lo que los demás dicen ¡Quiero divertirme! Estuve diecinueve años en mi casa. Solo tuve amigos en la escuela hasta que ocurrió ESO.  Y tuve que estudiar en casa, solo salía con mis padres o tíos. Nunca he tomado una maldito cóctel. ¡Nunca he besado a alguien!—Respiro agitada—¡NUNCA HABIA VENIDO A UNA FIESTA QUE NO FUERA DEL TRABAJO DE MIS PADRES!

Él me mira incrédulo de que lo haya gritado.

—Tu tuviste una adolescencia normal, a mí no me la permitieron.

Me tranquilizo.

Él maldice por lo bajo y toma mi mano.

—Vamos por ese cóctel.