Capitulo 34.

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Las piernas me tiemblan de pánico y mis rodillas amenazan con dejarme caer, estoy en shock y mi corazon esta a mil por hora.

Él. No, no pudo haberla matado, seguro fue... Un accidente, ¿Verdad?, no puedo controlar mi respiración y un mareo me toma.

Pero me pongo alerta al escucharlo bajar las escaleras.

Estoy muy aturdida. 

Corro hacia el mostrador y no puedo llegar a más, por que mis piernas me traicionan y caigo al suelo, en un ruido seco e insonoro.

Gateo hasta ocultarme detrás de un estante con llaves.

—Mierda—Lo oigo decir y tapo mi boca con ambas manos para no hacer ruido—¿Ves lo que me haces hacer Nat? 

Cierro los ojos y cuento hasta tres, para relentizar mi respiración.

—Ella... Ella iba a separarnos—Sigue hablando y mi piel se eriza— Iba a decirle a la policia donde estabamos, no podia permitirlo, ¿Lo entiendes Natty?

Aguanto las ganas de vomitar que me provoca, sus pasos siguen sonando y mi corazon no deja su ritmo acelerado. La posibilidad de no volver a ver mi familia me aterra.

Trato de no llorar, pero el recuerdo de mi madre cocinando mientras mi padre besa su mejilla se hace presente. Y me es imposible contener las lágrimas.

 —Nat, se que éstas asustada, pero yo no te haré daño— Siguió hablando.

Miro a todas partes tratando de hallar una salida, pero el miedo me impide pensar.

Mierda Nat debes tranquilizante y podremos irnos, fue lo que mi mente me arrojo en ese momento, respire profundo buscando calma, mis dedos tiemblan sin parar, miro hacia hacia mi izquierda y una puerta entreabierta hizo que mis ojos se humedecieran aun más.

Esa debe ser mi salida.

—Ya mi paciencia se esta acabando maldita sea, sal de una vez—Hablo otra vez, pero lo ignore.

Trate de gatear hasta la puerta con velocidad pero me escondí detrás de un estante con llaves cuando vi que giraba hacia el mostrador, puse mi mano sobre mi boca para no expulsar ningún tipo de sonido.

¿Como pudo haberme gustado ese psicopata? ¿Como pude haber besado con tanta pasión  a alguien que ahora le tendria tanto miedo? ¿Como pude ser tan idiota?

Sus pasos resonaban muy cerca, ¡Va a encontrarme! Mire de nuevo a la puerta decidida.

Debo salir de aqui. 

Me levante corriendo y entre, pude oír como me seguía pero cerré la puerta y tiré un estante en medio para obstruir el paso, mire con desesperación la habitación en la que había entrado y note la ventana que estaba cerrada. La puerta se abrio pero el estante no daba paso.

—Nat, escuchame...

Camine a la ventana y trate de abrirla, pero estaba cerrada con llave. Maldita sea, tenia que salir de ahí, como fuera.

Busque por todas partes algo con que romperla, hasta que tome una silla de escritorio y la arroje contra ella rompiéndola en mil fragmentos, el estruendo lo hizo alertarse por lo que empezó a empujar la puerta con mas fuerza. Un gesto de dolor atravesó mi rostro cuando uno de los cristales se incrustó en mi pierna cuando la saque por la ventana destruida, pero no había tiempo para pensar en dolor, agache mi cabeza para sacarla por el orificio, mi corazón dio un vuelco cuando vi que la puerta se abrió totalmente y Noah venia hacia mí. Asi que me lance afuera.

No tuve tanta suerte al caer, pues caí sobre mi tobillo y un grito desgarro mi garganta, lágrimas gruesas rodaron por mis mejillas pero me levante, con coraje me obligue a correr, mi pie dolía como un demonio pero debía ser fuerte, debía escapar.

Una mano se enroscó en mi cabello y mi corazón se detuvo. Forcejee y solté puños sin siquiera pensar, llore con todas mis fuerzas rogándole que me dejara ir pero se río de mi.

—¡Llama a mis padres, pídele un rescate! Pero dejame ir...

—¿Para qué? Si lo que quieren está justo en mis brazos y con que ellos sufran ya obtengo mi recompensa— dejo estrechándose contra mi.

Luche tanto para... Nada. Solo había conseguido hacerme daño y ni pude escapar, vencida deje que me arrastrara pero algo nos ilumino a ambos.

—Quitale tus asquerosas manos de encima— Oí decir a lo lejos.





Mi padre el Gigoló. [Libro III].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora