Capitulo 31.

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Natalie.

Me duele la cabeza y mi boca esta seca. Flashback de eso llegan a mi uno tras otro:

—Mi mami vendra por mí—Digo llevando mi mochila a mi pecho, ella  me mira por el retrovisor pero su cara esta borrasa en mi recuerdo.

—Tu mami, es una asesina—Escupe con molestia.

—¡Eso no es cierto!—Digo llorando—Ella es buena.

—No lo es—Dice con una sonrisa al ver mis lagrimas.

El auto no se detiene y la mujer no deja de decirme lo tanto que le dasagrada mi familia y de como los Pockerman's y Amanda Luos habian arruinado su vida. Su celular suena y ella rueda los ojos al ver quien es, contesta y pone en alta voz.

—¿Y ahora que?—Dice con hastio.

—Elizabeth—Una mujer solloza al otro lado de la línea—Estas en todos los noticieros, debes parar esto, ¡No le hagas daño, es solo una niña!, piensa en que es tu hijo.

—¿Ellos se detuvieron a pensar en mi y en mi hijo cuando nos arruinaron la vida? ¡No!—La mujer se seca las lagrimas—¡Quiero que Amanda pague!

La linea queda en silencio.

—No le hagas esto a tu hijo, por favor...

—Ya esta hecho—Limpia sus  mocos con la manga de su sueter—Cuidalo muy bien.

—Elizabeth ¡No!

El auto toma más velocidad y me aferro más a mi mochila, la mujer mira multiples veces por el retrovisor, sus manos se aferran con fuerza al volante, cierro los ojos rogando que mi papá llegue rapido.

Al abrirlos noto como me mira por el espejo.

—¡CUIDADO!—Digo señalando el camino, pero es muy tarde.

Un camion nos choca de frente haciendo que volemos, cierro los ojos tomando fuerte el cinturon, siento como si una avalancha de elefantes me pisotearan antes de quedar inconciente.

Un olor a alcohol me trae a la realida.

Toso y trato de tapar mi nariz, pero me doy cuenta de que mis manos estan esposadas.

—¿Estuvo buena la siesta?—Habla una mujer y mis alertas se activan.

Mis ojos tratan de acostumbrarse a la luz de la habitacion.

—¿Paulette?—Digo cuando la veo sentada sobre la comoda frente a mí.

—No le hables—Dice Noah saliendo de lo que creo, es el baño.

—Noah... —Digo con la voz rota— Amor, quitame esto.

—No soy tu amor Natalie—Dice con molestia, pero en el trasfondo de eso ¿Tristeza?— Te pedi la oportunida para serlo ¿Y  que hiciste tu?—Se agacha para quedar a mi nivel, ya que estoy sentada en el suelo—Buscarte a otro tal y como hizo la ramera de tu madre.

—No entiendo cual es tu rencor hacía mi familia—Digo con los ojos cristalizados—Si, si ellos te abrieron las puertas, somos buenas personas, ¡UNA BUENA FAMILIA!

—¿Buenas personas?—Suelta una carcajada—¿Tu padre el Gigolo, el prostituto, una buena persona? o ¿Tu tio el morboso y asesino tambien lo es?—Rie y mira a Paulette—¿O tu madre, la necesitada que pago para que se la follaran? ¿De esas buenas personas hablas? 

Lo miro con molestia.

—¿Como sabes esas cosas?

—Tu abuelo—Se levanta y camina a la comoda donde esta Paulette quien le pasa una botella con agua—¿Sabes? no fue tan dificil trabajar para él, odiaba tanto a los Pockeman's como yo, hablaba insesantemente de como ellos le habian robado a su hija y como habian destruido su matrimonio, de cuanto amaba y adoraba a su nieta aunque a nadie se le permitiera verle por el incidente, de como su hija le dio la espalda por un hombre. Y de los planes que tenian los padres perfectos para la hija perfecta. Tu madre le conto que vendrias a esta universidad, cuando él estaba muriendo—Dice mirandome—Me lo conto tan emocionado que su corazon no lo soporto.

Veo como una lagrima se asoma por su rabillo del ojo.

—Y ahi fue como otra vez, una Pockerman me quito un padre y  buen amigo.

Sorbo mi nariz.

—Ese señor fue malo ¡No sabes el daño que le hizo a mi familia!—Digo—No te sabes la historia. Al final de cuentas, no eres ni un Luos ni un Pockerman, ¡Eres solo un desconocido!

Se acerca a paso apresurado, sus hombros tensos y su mirada fulminante, lo veo como alza su mano para tomar velocidad...

—Noah, ni se te ocurra.—Dice Paulette interponiendose—Solo queremos que su famila pase un mal rato, no somos delicuentes.

Él me mira por encima de Paulette.

—Yo te di una oportunida—Dice—Cuando te vi, Dios, crei que eras la persona más inocente de este universo, tu mirada perdida y mejillas sonrojadas me hicieron reconciderarme en si hacer esto o no. Pero luego ví, lo zorra que eres y que todo era un fachada de niña buena. Me di cuenta de que eras como tu  madre, siempre tomando malas desiciones.

Sus palabras no me duelen, comienzo a llorar por que puede ser que no salga de aqui. Lo veo en sus ojos, y dejarme salir de aqui viva, no es una opcion.

Estoy por darme por vencida, cuando la puerta se abre de golpe.

El aire logra llegar a mis pulmones al ver un rayito de luz, al final de oscuro tunel.

Mi padre el Gigoló. [Libro III].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora