Capitulo 8.

53 10 0
                                    


Desde el accidente en el baño no veo a Darion y yo le agradezco a Dios por eso. Noah y Beck también se han mantenido alejados y solo me centro en las tareas que no paran de llegar.

Es viernes y estoy esperando el auto que papá envío para buscarme.

Mi vestido rosa floreado es muy lindo, su escote de corazón favorece mi busco y el rosa pálido de las flores contrasta con mi pálida tez.

Llevo sandalias del mismo color y una diadema de perlas adorna mi cabello rubio.

Miro mi reloj varias veces.

¡Cuánto tiempo tengo que esperar!

Un aroma masculino muy fuerte me rodea derrepente, y una sombra más alta que la mía se refleja a mi lado en el suelo.

No voltees, si no te mueves no te nota.

—¿Por qué me has estado evitando Nat?

Joder.

—No te evito Darion—Miro fijamente el suelo.

Su imagen desnudo vuelve a mi mente.

No, ¡ahora no!

—¿Estas bien?—Alza su mano para tocar mi cabeza—Fue un golpe fuerte.

—No fue nada—Quito su mano y me apartó un poco de él.

Veo como tensa su espalda.

Lo miro de reojo y veo que carga una mochila.

—Sí.

Dice como si leyera mi mente.

—No he dicho nada.

—Pero lo haz pensado. Salir unos días de aquí no haría mal.

Asiento.

Ninguno de los dos dice nada, hasta que veo al auto de la familia estacionarse.

Él me deja subir primero y después sube.

—¿Por qué estás tan rara?—Dice cerca de mi oreja.

Cierro mis ojos y llega de nuevo la imagen, su pecho ancho. Su abdomen perfecto y la V que se forma al lado de sus caderas. Y luego está...

Trago saliva con dificultad y siento mis mejillas sonrojarse.

Veo como la barrera negra que divide al conductor de nosotros empieza a levantarse. Busco desesperada el botón y miro que él lo está oprimiendo con una sonrisa arrogante en sus labios mientras me mira.

Después de que la barrera termino de subir, me miró.

—No es muy puro, que tengas esos pensamientos sobre el hijo de la mejor amiga de tu madre Nat.

—Yo no tengo ningún pensamiento sobre tí—Digo rápido.

—¿Y por qué tus pezones se marcan en el vestido?—Sonrie—¿Por que estás tan nerviosa?

—No... Yo... no.

Algo caliente se está concentrando en mi pantys.
Un escalofrío está recorre mi espina dorsal.

Él relame sus labios, y mi mirada van a ellos por inercia, trato de respirar por la boca.

No sé por qué siento mucho calor. Quiero salir de aquí.

El mira mira mis rodilla descubiertas, y luego su mirada sube lentamente hasta mis pechos y continua hasta mi cara.

Sus mejilla están rojas y sus labios se han vuelto más rosas.

Niega con la cabeza y vuelve su cara hacia la ventanilla, reacomoda sus pantalones.

Yo hago lo mismo mientras abro la ventana para que me dé aire en la cara.

Al llegar él es el primero en bajar, mamá nos recibe con una gran sonrisa y nos ayudan con las mochilas.

Él no me dirige la mirada.

—Darion—Papá lo saluda con un aprenton de manos—¿Quiere algo de tomar?

— No gracias, estoy bien.

Papá asiente y viene hacia mí, me da un gran abrazo despegando mis pies del suelo.

—Espero te este yendo bien en la universidad—Me da un beso en la mejilla.

—Me está yendo exelente—Lo miro a lo ojos antes de volverlo abrazar.

—Deben tener hambre—Mamá nos invita al comedor.

—Quisera darme un baño primero—Dice Darion perdiéndose escaleras arriba.

                          ™

Después de un par de vasos de jugo de naranja Darion aparece con un short negro y un camiseta de TØP del mismo color.

Habla un rato con papá mientras mamá y yo ponemos la mesa.

Al terminar tomamos asientos.

Y adivinen quién se sentó a mi lado.

El almuerzo comienza en silencio.

— ¿A que hora llegará tu amigo?

—Brendan dijo que para la hora de la cena ya estaría aquí—Papá se da un bocado de pollo—Asi que no lo sé con exactitud.

—Ojala llegue pronto—Digo.

Darion alza su ceja a mi lado, pero se centra en su comida.

—¿Cómo está Karen?

—Esta muy bien, emocionada por venir en navidad—Suaviza su expresión al dirigirse a mamá.

—Yo también lo estoy—Mamá habla ilusionada—Ya quiero que estemos toda la familia junta, este año tal vez tengamos suerte y Nat presente un chico.

Papá y Darion aclararon su garganta al mismo tiempo.

—No lo creo—Dije intimidada antes los ojos de papá.

—Y él chico de cabello pintado ¿Que?—agrega Darion, burlón.

—¿Noah? ¿Que hay con él?

—Siempre los veo hablando—Dice mientras se encoge de hombros—Pense que tenían algo.

—¡No!—Me sonrojo.

Mamá me mira con una sonrisita y papá se mantiene serio.

—¿No te gusta?—Insiste Darion.

No contesto y él deja de lado el tenedor con el pollo.

—¿Te gusta?—Dice más serio.

—Ehmm...

Endurece su mirada.

—Como te va en la editorial mamá—Cambio la conversación.

Ella me guiña el ojo antes de contestar.

—Pues bien, las noticias no paran, ya te conte que...

Dejé de oír por qué la mano de Darion ahora está sobre mi muslo, los frota de arriba a abajo.
Y en ocasiones lo apreta, haciendo que mi piel se erice.

Papá está sumergido en sus pensamientos y mamá habla sin parar mientras corta el pollo.

Él se mantiene serio a mi lado.

Mientras sigue frotando mi pierna.

El calor de hace un rato vuelve a concentrarse en el mismo lugar.

—¿Quieres practicar una sesión de boxeo Nat?

Papá me habla.

—Porsupuesto—Digo en un hilo de voz.

Mi padre el Gigoló. [Libro III].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora