Capítulo 7

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Narra Zee:

Seis meses han pasado desde la muerte de Sammy y honestamente, he dejado que Saint tenga paz durante este terrible luto. No imagino mi vida si mi hermano ya no estuviera conmigo, creo que yo hubiera muerto con él, jamás me habría perdonado y definitivamente nunca sería feliz.

- Se ven muy agotados. - Comentó mi hermano cuando regresamos a casa.

- No es para tanto. - Contestó Max por todos. - ¿Cocinaste algo?

- Mi hermano no es tu chef personal, Max.

- No es mi culpa que la comida de tu hermano sea tan deliciosa.

- Es mi hermano, no tu sirviente.

- ¿Quién dijo que es mi sirviente? ¡Solo pregunté si había cocinado porque me encanta su comida!

- Sí, pero tú...

- ¡BUENO YA! ¡NO DISCUTAN CÓMO SI YO NO ESTUVIERA AQUÍ! ¡COMIDA HAY EN LA COCINA! - Le gritó a Max. - ¡Y TÚ DEJA DE HACER DRAMAS! ¡SOY EL ÚNICO QUE SE QUEDA EN CASA! ¿QUÉ ESPERAS QUE HAGA? ¿QUÉ ME QUEDE ACOSTADO?

Nat nos gritó a ambos, dejándonos sin palabras; luego se fue a la cocina y le sirvió comida a todos con mucha ira. Finalmente se retiró a la habitación que comparte con Max y desde el comedor lo escuchamos azotar la puerta, haciéndonos saltar a todos del susto.

- ¡Vaya carácter! - Rió Saint con nerviosismo.

- Se parece a mi madre. - Dije melancólico. - Creo de debería hablar con él.

Llegué a la puerta pero él le había puesto seguro, estaba tan furioso que parecía que enviaría a Max para que durmiera en el sofá. Me reí un poco antes de tocar la puerta y aunque se puso muy renuente, conseguí que me dejara entrar en el lugar, que tiene dos camas individuales.

- El Doctor dijo que debías evitar las emociones fuertes.

- ¡Ve a decirle al doctor que tú y Max empezaron! - Me reí con su comentario.

- Nat, no estoy jugando.

- No quiero que vuelvas a discutir por algo tan absurdo; cocinar es un placer para mí.

- Aún eres mi hermano menor y cómo no tuviste una adolescencia como cualquier otro niño, se me dificulta no cuidarte. - Se acerca a mí y me abraza.

- Soy lo único que te queda, lo sé, ya me lo dijiste mil veces; pero ya me cuidaste, Zee, gracias a ti sigo con vida, me lo has dado todo, incluso tu tiempo. Yo solo quiero que seas feliz.

Entonces lo entendí, Nat cambió nuestra conversación; estábamos hablando de mis celos por pensar en que a Max pueda gustarle él. Pero de un momento a otro, ya era sobre mi intento de relación con Saint y tengo miedo, porque él es un actor famoso y yo solo su simple guardaespaldas.

Algunas horas después, ya todos estábamos en nuestras habitaciones, pero aún no me podía dormir porque Saint no salía del baño. Estaba asomado en la ventana, pendiente de cualquiera que pretenda alejarlo de mí, porque soy capaz de matarlo con mis propias manos.

Casi dos horas después, él sale del baño sin camisa y siento mi baba caer por mi mentón mientras veo su torso descubierto ante mí. Mis ojos se iluminaron, el deseo recorría mis venas, la lujuria invadió mi entrepierna y me vi incapaz de decirle algo a ese precioso hombre frente a mí.

- ¿Estás bien Zee?

- Ponte una camisa Saint.

- Hace calor, no quiero; además no debes quejarte, en seis meses no has querido dormir conmigo. - Me acerqué a él, lo puse contra la pared y me rocé con su boquita.

El Jefe Perfecto "ZeeSaint"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora