Capítulo 26

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Narra Saint:

Estaba tan enojado con Zee por desaparecer después del programa, fue muy incómodo porque me declaré en público y no dijo nada. Sin embargo, cuando lo veo pedirme matrimonio, fue lo más hermoso que vi en mi vida; y ahora estoy esperando a que mi madre me lleve con él para siempre.

- ¿Estás listo?

- Mamá, me muero de los nervios.

- Sí, tu novio está igual y Max está peor, le preocupa que sea una emoción muy grande para Nat, ya sabes, aunque tiene los siete meses ya, Max aún se pone nervioso.

- ¿Crees que mi barriga sea tan grande como la de Nat?

Mi madre solo sonrió, la ceremonia fue hermosa, nuestra familia y amigos llegaron a festejarnos y Nat decía que rodaría hasta el altar. Nos reímos juntos por un rato, luego mi madre fue la encargada de llevarnos con nuestras parejas, y primero llevo a Nat, hasta donde estaba Max.

- Max, eres como otro hijo para mí. Y te pido que cuides mucho a este precioso joven que te entrego hoy.

- Prometo cuidarlo con mi vida. - Luego fue mi turno.

- Zee Pruk, te entrego a mi hijo, a mi joya más preciada, cuídalo y ámalo mucho; y les deseo toda la felicidad que se merecen.

Mi hermoso casi esposo, que se veía guapísimo como ese traje azul marino que combinaba perfecto con el celeste aqua que yo llevaba; solo le agradeció a mi madre antes de prometer que cuidaría de mí; aunque en mi opinión, esa promesa no era necesaria.

Después de la recepción de la boda, acabamos en un precioso hotel cerca de un lago, ya que fue lo que el doctor recomendó para que Nat estuviera tranquilo con su embarazo y entre los dos escogimos ese hermoso lugar para nuestras respectivas lunas de miel.

- ¿Estás listo para darle la sorpresa?

- Estoy muy nervioso, Saint.

- Lo sé, estoy igual, tú solo disfruta de esta noche con Max.

- Y tú con Zee, cuñado.

🔞🔞🔞⚠️Advertencia⚠️🔞🔞🔞

De repente, Zee apareció y con las palabras “si nos permites”, me agarró de la cintura llevándome hasta nuestra habitación. Impaciente por entrar, ni siquiera podía usar bien la llave, tampoco quiso dejar que le ayudara y cuando al fin pudo, no me permitió caminar, si no que me cargó hasta adentro.

- ¿Cuál es la prisa Zee? - Lo veo empezar a quitar su ropa después de bajarme.

- Me has tenido en abstinencia por más de una semana.

- Estaba planeando nuestra boda.

- Deja de quejarte y dedícate a gemir.

A este punto, Zee ya estaba besándome y quitando mi ropa con una velocidad asombrosa, él incluso se atrevió a morder mis labios en un par de ocasiones. No me ha tocado desde que decidimos casarnos con tanta prisa y con mis hormonas alteradas, es muy fácil que yo me entregue a su seducción.

 No me ha tocado desde que decidimos casarnos con tanta prisa y con mis hormonas alteradas, es muy fácil que yo me entregue a su seducción

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El Jefe Perfecto "ZeeSaint"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora