Capítulo 13

414 78 3
                                    



Narra Nat:

Las cosas están avanzando muy rápido con respecto a Max y yo, me da miedo lo que siento, porque por una parte, él es un sueño para mí, mi mente siente que este corazón no miente; el problema es que no es mío, y temo que estos sentimientos tampoco lo sean.

- ¿Estás bien? ¿Acaso ya no quieres jugar?

- Sí, pero en los juegos con rifles. - Empecé a caminar y él me detuvo.

- Espera... Yo... Nat... ¿Quieres ser mi novio?

Su pregunta me dejó aturdido, pero de inmediato contesté que sí y me colgué de sus hombros para que me besara. Estábamos a un lado de la rueda de la fortuna, Max se comía mi boca y yo mordí sus labios en un par de ocasiones, hasta que llegaron los paparazzis y nos asustaron.

- Max Saran, mannager de Saint, te encuentras muy bien acompañado.

- ¿Quién es él?

- ¿Cuanto tiempo han estado saliendo?

- ¿Podemos hablar de boda?

- ¿Boda? - Sollocé preocupado.

- ¿Entonces ya superaste a Sammy? ¡Tu esposa!

Esas palabras se repitieron en mi cabeza una y otra vez mientras este corazón empezó a doler, lo que me sorprendió. Me sentí abrumado con tantas preguntas, ni siquiera Max sabía cual contestar, así que me vi obligado a callarlos para que este corazón también se tranquilizara.

- ¡YA CÁLLENSE TODOS! ¡¿Qué rayos les pasa?! ¡¿Acaso no conocen la palabra "privacidad?!

- Pero nosotros...

- Dije silencio... - Interrumpí de inmediato. - Me dan jaqueca; váyanse o llamaré a seguridad.

Max en repetidas ocasiones me ha dicho que tengo un carácter fuerte y bastante dominante, pero que le gusta. Empecé a alejarme de todas esas personas y a lo lejos escuché una respuesta que les dio él y que por cierto, me sacó una nueva sonrisa.

- Solo para que sepan, sí es mi novio y es bastante temperamental; así que si estuviera en su lugar, no lo provocaría de nuevo.

Después de reírme un poco con lo que les dijo, fuimos a disparar con el rifle para ganar y gané un pequeño león blanco. Regresamos a casa con mi pequeño león y con el inmenso koala de Saint, pero yo estaba muy cansado, pues no estoy acostumbrado a hacer tantas cosas en un día.

- ¿Nat? ¿Te sientes bien cariño? - Se preocupó Max porque me recosté en su hombro.

- Déjame dormir un rato así, tengo mucho sueño.

- Está bien, descansa, te despertaré cuando lleguemos.

Con mis manos me tomé con fuerza de su brazo izquierdo mientras llegamos a casa y cuando sentí su mano en mi rostro, desperté. Dijo que ya habíamos llegado, así que agarré mis cosas y nos bajamos del auto, entrando a la casa, Max me cargó y eso me sorprendió.

- No te dejaré caer, vuelve a dormir.

- Gracias Max.

Eso es lo último que recuerdo de este loco día, porque casi de inmediato me quedé dormido en sus brazos y me sentí feliz. En la mañana, amanecí con Max en mi pecho, se veía bastante cómodo y en agradecimiento por haberme cuidado la noche anterior, ni siquiera me moví.

- Buenos días. - Me saluda soñoliento.

- Buenos días corazón, ¿cómo amaneciste?

- ¡Aún tengo sueño! ¿Podemos quedarnos así por algún tiempo?

El Jefe Perfecto "ZeeSaint"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora