Zee es un ex militar que trabaja en una agencia de seguridad, viene de muy malas experiencias con actores así que decidió dejar de proteger a "niños mimados"...
Difícil se pone su situación cuando le toca decidir entre la vida de su hermano o acepta...
No puedo creer todo lo qué pasó en una sola noche, aún me duele la oreja, creo que la tengo roja y me pulsa. Pero después de la confesión de Saint sobre mi distancia, me sentí culpable y no quiero que crea que solo lo estoy utilizando, en verdad lo amo, es un niño mimado; y aún así lo amo.
- Aún te puedes arrepentir Saint. - Dije sin camisa.
- ¡Tú arrepiéntete! Pero por no haberme hecho el amor desde hace mucho. - Él siempre me hace reír.
Mi risa se desvaneció cuando caí en cuenta de que estoy a punto de hacer mío a Saint, mordí mi labio inferior y me acerqué a su boca. Sumisamente cerró sus ojos, me instó a besar esos labios que me tienen mal desde la primera vez que los probé y disfruté besándolo.
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Dejé caer todo el peso de mi cuerpo sobre el suyo deseando más que esto y fácilmente metí mis manos en su torso para quitar su camiseta. Porque sí, Saint se puso una camiseta para salir a regañarnos a Max y a mí; ahora vuelvo a ver su pecho descubierto.
El deseo pudo más que mi cordura y me incliné para tomar uno de sus pezones en mi boca, succionándolo hasta que se endureció. Así que me dirigí al otro, mientras Saint desordenaba mi cabello jadeando y gimiendo mi nombre, diciendo cuánto lo disfrutaba.
- ¿Seguro que estás protegido? - Toca mis labios con sus dedos delicados y:
- Si dudaras de mi palabra, no estarías haciendo esto. - Luego mira a otra parte.
- Hey, ¿qué sucede? ¿No quieres?
- Sí quiero... Pero... Es, mi primera vez.
- Entonces, prometo ser cuidadoso.
Saint se levantó un poco para besar mi cuello, fue muy excitante que hiciera eso, luego pasó sus suaves manos por mis brazos. Cuando tocó mis pectorales y abdomen tuve que detenerlo porque casi acabo solo con sentir sus manos paseándose por mi cuerpo como si fuera suyo.
- Cuidado con lo qué haces Saint, o estarás en peligro.
- Me gustan tus brazos, eres muy musculoso.
- ¿Y solo por eso me aprecias como si fuera tuyo?
- Eres mío, y muy pronto demostrarás que yo también soy tuyo.
Volví a besarlo mientras deslicé mi mano con suavidad desde su cuello, pasando por su torso y finalmente metiéndola en su ropa interior. Puedo sentir la erección de Saint, pero busco aún más adentro, llegando al lugar más escondido, solo para descubrir que está más excitado de lo que creí.
- Mmmmm... - Su gemido quedó ahogado entre nuestros besos.
- ¿Qué me hiciste Saint?
En verdad quiero saberlo, sus ojos se roban mi mirada, sus labios mi deseo de probarlos y mi cuerpo irradia lujuria por el suyo. Mi corazón palpita por él y tenerlo debajo de mí mientras me como sus labios y acaricio cada centímetro de su cuerpo, es como sentir que le pertenezco.
