22. Le "Brinque".

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Mateo

Pasaron como tres horas y mi novia seguía sin contestarme los mensajes, y se me hacía raro ya que ella no es de no contestar, creo que detesta a la gente que no lo hace.

Así que solté el celular en mi pecho y mis ojos se enfocaron en la ventana, que daba justo al mar y a la oscuridad de la noche, que era linda. Capaz que estaba siendo bastante intenso con ella sabiendo que no está tan acostumbrada a eso, pero me volví tan pegote que no era algo que podía controlar.

—Negro, hace calor como para que no prendas el aire.— habló mi amigo Camilo, entrando a la habitación del hotel. Siempre me reprocha algo, me puede chupar los dos huevos.— ¿Y esa cara?— preguntó haciendo un movimiento con la cabeza para que hable.

—Nada, boludo.— respondí sin ganas de dar más información. Él no sabía que había empezado una relación con Valentina.

—Yo te conozco a vos.— me retó a la vez que se sentaba en la cama de al lado, yo alcé los hombros, no le creo.— ¿Vamos a Le Brique ahora?— interrogó y lo miré con el ceño fruncido.

—Mañana tenemos show, y ni en pedo hago la prueba de sonido con resaca.— me negué de inmediato jugando con el cubre cama.

—Dale, negro. Es la primera noche de muchas, hay que hacer un buen estreno.— insistió con tono motivador, no tenía ánimos de ir a una joda y encima tener que ponerme en un lugar escondido para que no me reconozcan. Es re aburrido.

—Por eso, ¿por qué salir la primera noche si tenemos todas las otras?— cuestioné modo pajero.

—Porque hay minas, ¿hace cuánto no la ponés?— rió regresando al baño, seguro para mirarse al espejo por décima vez en el día. Si supiera hace cuánto no la pongo, se callaría.

—Mirá si vine acá para ponerla, boludo.— reí yo también ante tal comentario de camión de lácteos.— Aparte no quiero, ya ando en otra y quiero despejar la mente para mañana, hace mucho no toco.— completé parándome de la cama para irme directamente a la ventana.

—Hace mucho no tocás una concha, querrás decir.— corrigió apareciendo otra vez atrás mío.— ¿Cómo es eso que andás en otra? ¿Otra vez comprometido vos?

—Tomatelá.— lo empujé cuando se puso a mi lado a mirar lo mismo, el mar.— Wacho, qué linda es la playa, ¿nos quedamos a vivir acá?— pregunté corte emoción, imaginate que un día de pinte ir a tomar tereré con tus amigos en frente de las olas. No son cosas que pasan todos los días.

—¿Qué me esquivás la pregunta, wachín?— me atacó ahora empujándome con su codo.— ¿Es la rubia que vi a la mañana que te impide salir de joda? Re toxi.— dedujo mostrando su mejor picardía.

—No es toxi, no digas eso.— advertí, solo yo le puedo decir así. O no.— La quiero hacer bien con ella, me siento re cómodo y no nos peleamos casi nunca, si lo hacemos es en joda. Eso con Chiara no pasaba, y capaz que es eso lo que me hace querer cuidarla y no mandarme alguna de más.— argumenté escuchando de fondo el mar y cómo chocaba entre sí.

—Pero las minas van y vienen, solo vas a bailar y pasarla bien.— acotó, a este dos más dos le da cinco.

—No digo que no quiero hacerlo, digo que quiero tener más precaución porque no me sé controlar con el alcohol y tengo miedo que haga algo que no debería.— dije gesticulando con mis manos.— Ella confía en mi y yo en ella, pero no voy a abusar de eso. Si querés vamos, pero no te aseguro tomar más de dos vasos.

polaca; trueno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora