Volvieron a su casa sin mirarse. Sin hablarse. Volvían a temerse, pero ya no por miedo a alejarse, sino porque sabían que su destino era estar juntos.
Y eso, eso, daba más miedo que no volver a verse, o vivir buscando cómo rozarse las manos furtivamente, en busca de suplir el contacto que buscaban sus labios, sufriendo internamente las consecuencias de no armarse.
Era una locura, ellos dos eran una locura. Pero de ese tipo de locuras que quieres vivir por siempre, aunque se te clave en el alma y cambie tu vida.
Cuando llegaron a casa, cada uno siguió su camino silencioso hacia su habitación, sin despedirse. Estaban demasiado asustados, Marcos se encerró con pestillo y se tiró sobre su cama, en ese momento, se le saltaron las lágrimas.
— Perdóname Rob. Lo siento, joder. Lo siento. Dios mío, Perdóname. — Marcos siempre había sido ateo hasta ese momento, donde necesitó rezar. Rezar y pedir clemencia por su alma. Alma pecadora, horrible. Monstruosa. — Lo siento Dios, Hermano, lo siento. Lo siento mucho.
Y siguió llorando hasta que no pudo más, se sintió horrible. Quiso golpearse. Odiarse. Morirse en ese mismo instante, pero no podía. Pero sí podía quedarse encerrado lo que quedaba de día, y así lo hizo.
Marvin fingió no oír los sollozos de su tío, sabía que no quería verlo; También sabía que, supuestamente, debía sentirse culpable, pero no podía, ¿Tenía que sentirse mal por miedo a la opinión de un muerto?. Estúpido. Pero comprendía a su tío en cierto modo : Ese muerto era su hermano, el que le había curado las heridas, apoyado en todo, incluso en la publicación de ese priner libro que Marcos le había dedicado. Y ahora se encontraba con la necesidad de 'Hacer una locura' con su hijo.
Sabía que eso debía ser muy confuso para Marcos, pero su juventud no. Para él todo era fácil, lo había pensado mucho y si Marcos le quería, ¿Dónde residía el problema?.
Ambos se querían, lo había comprobado, era recíproco, trató de contener su emoción ante ese hecho pero no pudo, y sonrió, apoyándose con la mejilla en la ventana de forma estúpidamente enamorada. ¿Por qué no simplemente se besaban y olvidaban todo?, ese pasado, sus lazos de sangre. Todo. Y vivían felices.
' No todo es tan fácil.' Dijo su voz de la razón. 'Él es un hombre mayor, y tú un crío. Su sobrino, para ser exactos. El mundo se le caerá encima, su reputación como escritor se irá a la mierda y perderéis la casa si se queda sin ventas.'
Marvin se enfadó consigo mismo. No le gustaban las dificultades. Y, por lo que estaba viendo. Todo en su felicidad venía de la mano con ellas.

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Estrellas En Llamas.
RomanceMarvin desde siempre ha adorado a su tío, adoración que poco a poco se convierte en un amor capaz de mover mares. Él sabe perfectamente que nunca será más que un sueño, un delirio estúpido... Pero, en su diecinueve cumpleaños ocurre algo, algo que l...