Roberto.
Esa fue la palabra con la que comenzó a contar su historia.
Roberto, su hermano, también su mejor amigo, y ahora, su mayor miedo. Y el tiempo se heló a su alrededor, y las palabras surgieron de su alma , rasgando su miedo, su vida.
- El día que moriste, faltaban unas pocas semanas para ser Navidad... Recuerdo... Recuerdo que esa misma mañana me hablaste, diciéndome que irías a comprarle los regalos a Marvin, ¿Te acuerdas de eso?...- Hizo una pausa, y miró a su sobrino de reojo antes de alargar la mano hacia la suya, Marvin la apretó con cariño y la llevó a sus labios para darle un beso.
- Sigue, estoy contigo. - Y Marcos pudo jurar que vio las dos lágrimas traidoras que querían salir de sus ojos color miel. Carraspeó y asintió estúpidamente, antes de volver a mirar al frente.
- Yo... Joder... Ese día me llamaste porque yo había tenido una recaída con mi ansiedad y decidiste calmarme contándome cosas, cosas estúpidas del día a día... ¿Acaso... Acaso sabías lo bien que me sentía después de oírte reír?... Y yo... Yo ese día te dije "Te quiero", ¿Recuerdas que yo nunca te decía eso?, yo... Siempre tuve miedo, miedo de que me vieses como yo me veía, de que lo que sentía por tí fuese una barrera. Temía darte asco... Y te amaba tanto... Tanto... Sie...Siempre fuiste... - Y volvió a quebrarse en un sollozo roto, echándose hacia adelante, con un grito mudo escapando de su garganta, rompiendo sus cuerdas vocales con el aire silencioso, aire que ardía, quemaba, soltó la mano de Marvin y se apretó ambos ojos.
Como tratando de cesar las lágrimas.
Como tratando de cesar el pánico.
Y entonces, una mano suave rozó su rostro y le giró apenas, deslizó sus propios dedos para ver los ojos húmedos de su sobrino y lo próximo que pudo registrar fue un suave beso sobre sus labios .
- Lo estás haciendo genial, Marcos.- Susurró, juntando sus frentes y apretando un poco sus mejillas con ambas manos. - Lo estás haciendo increíble.
Marcos Sollozó un poco más fuerte.
- No puedo...
- Sí puedes.- Le cortó. - Tú puedes con todo, Marcos. - Y se separó apenas de él para verle mejor a los ojos.- Puedes con todo porque yo estoy aquí, porque cuando nadie quiso hacerse cargo de mí, ahí estuviste, con tu ansiedad, con tu depresión, con todo lo que llevabas encima. Y no me dejaste solo, Marcos. Nunca me dejaste solo, y, aunque a veces te perdiera, siempre salías adelante. - Marcos desvió su mirada inundada en lágrimas hacia el suelo, y luego hacia Marvin, que también lloraba, muy suavemente, y luego le miró a los labios e hizo el amago de acercarse. Quería un beso. Necesitaba un beso. Y Marvin se lo dio con gusto.
Ese beso calmó un poco su tormenta , le hizo sentir fuerte, vivo. Marvin le hacía ser completamente libre, y con una pequeña sonrisa apenas perceptible, separó sus bocas .
- ¿Quieres seguir?. - Indagó el más joven . Y Marcos asintió, suavemente, mucho más seguro que antes. Volvió a girarse hacia la tumba y apretó la mano de Marvin con algo de fuerza, soltó aire abruptamente y cerró los ojos por un rato .
Tardó unos buenos diez minutos en seguir.
- El día de tu muerte... Yo te dije que te quería... Y pude notar tu sorpresa, ¿Sabes?... Pero te repusiste y simplemente soltaste: "Yo también te quiero " , y me colgaste. Esa fue la última vez que hablé contigo... Y entonces llegaron las doce, y mamá me llamó, gritando... Totalmente ida... Tardó en decirme qué pasaba: Habías tenido un accidente y tu mujer había muerto. Tú estabas en la UCI, a kilómetros de mí, a casi dos horas de mi casa... Y... Y yo intenté llegar a tiempo... Y yo... Te amaba tanto... Tanto... Te amo, Te amo tanto... Llegué al hospital donde estabas, ¿Te acuerdas?, Tú aún seguías vivo... - Carraspeó cuando las lágrimas le impidieron seguir hablando y Atinó a notar un cariñoso apretón en su mano.- Y te fuiste... A los pocos minutos de que llegué, me miraste... Y... Y te fuiste... Para siempre... Y entonces tuve que levantarme e ir a por Marvin al colegio, porque Noemi ni siquiera había venido, porque mamá no podía moverse del sitio. Porque nadie hacía nada.
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Estrellas En Llamas.
RomanceMarvin desde siempre ha adorado a su tío, adoración que poco a poco se convierte en un amor capaz de mover mares. Él sabe perfectamente que nunca será más que un sueño, un delirio estúpido... Pero, en su diecinueve cumpleaños ocurre algo, algo que l...