El mundo colapsó cuando sus pies rozaron el pasillo, cuando su alma viajó a ese momento dónde le llegó aquella llamada preocupada. A ese momento dónde la voz destrozadacde su madre le dijo, entre sollozos , que su hermano había muerto. Y ahí, al fondo del pasillo. Marvin le esperaba, él , quién era lo último que le quedaba de Roberto, él, quién le había enamorado y poco a poco el corazón se calmó y los pies avanzaron , despacio. Con cuidado, hasta llegar a las manos del otro para sostenerlas.
- Todo irá bien.- Afirmó Marvin, limpiando las lágrimas que recorrían las mejillas de su tío con los pulgares.- Todo irá bien.
Y la sonrisa rota de Marcos le hizo acercarse para robarle un beso, un beso frágil. Volátil. Cariñoso. Y, en el fondo, su corazón temblaba de absoluto terror. No podía volver a perderlo. No otra vez. "Confía ", se dijo, "Confía ", se repitió, tantas veces que la palabra perdió su significado.
Sus manos se entrelazaron, y con palabras nunca dichas, cruzaron la puerta de su casa , para llegar al viejo coche azul de Marcos, que, desde la muerte de su hermano había sido abandonado en algún lugar del garaje de su casa, y, que, posteriormente, Marvin había restaurado, volviéndolo más suyo que de Marcos, que ahora temblaba intensamente.
La calle.
El miedo le arrancaba el alma cada vez que veía pasar un coche, su estómago se retorcía como si un peso inerte hubiese caído en sus entrañas ... Hacía tanto tiempo que no veía el exterior de su casa, el exterior de su mundo . De la seguridad que se había creado. Y ahora, en un lugar infesto de inseguridades, su corazón latía desbocado, asustado, aterrorizado contra sus sienes .
Y, mientras tanto. La mano de Marvin no se soltaba, quería sostenerle, como había hecho siempre. Cuidarle , quererle. Le miró de reojo, notando sus ojos manchados de lágrimas a medio nacer, y quiso besarle, tan intensamente que tuvo que fijar su mente en los pasos que daba para acelerar su trayecto al coche para no hacerlo, y, cuando tuvo que soltar la mano de su tío, ambos se sintieron tan solos en el mundo que casi se podrían haber caído desplomados en medio del asfalto. Pero se contuvieron, y, por fin, entraron al coche .
El viaje fue lento, tembloroso . Marcos apenas si podía mirar por la ventanilla, la gente, los sonidos; le abrumaban tanto que no podía respirar. Ni siquiera se dio cuenta de cuando empezó a caer el sol lentamente tras las montañas, y mucho menos cuando se detuvo el coche .
Marvin tragó saliva.
- Marcos.- Susurró.
Y con solo esa palabra, este supo dónde estaban . Alzó su mirada, viendo las paredes grises del cementerio, coronadas por las lápidas más altas , cruces viejas y ramos de flores secos y, finalmente, vio la puerta de rejas. La puerta del infierno.
Las lágrimas volvieron a sus ojos. Estaba aterrado. Su corazón subió a sus sienes a palpitar con fiereza , su garganta se secó, volviéndose de lija, arañando los gritos. Las palabras. Sus manos se crisparon, y un frío intenso surgió de su estómago hasta su alma, colapsando sus pulmones, ahora congelados, haciéndole boquear en busca de aire .
Marvin apenas tuvo tiempo de reaccionar, le agarró por los hombros, viendo como su tío se rompía en sollozos y en una respiración irregular , conectó sus miradas. Ya no importaban sus sentimientos. Ya no importaba nada, solo Marcos, y actuó en consecuencia:
- Marcos. Mírame. Mírame a los ojos.- Pero él no respondía. - Marcos, Mírame.- Y este asintió como pudo.- Cuenta conmigo, ¿Vale?. - otro asentimiento .- Uno.
- Uno.- Su voz trastaviló como un cristal roto cayendo por unas escaleras.
- Muy bien, Mírame. Tranquilo, estoy aquí. Vamos a por el siguiente , ¿Vale?, repite conmigo: Dos.
Y su dos sonó como una nota de guitarra sin afinar.
- Ahora de seguido: Uno, Dos.
- U-Uno, Dos.- Murmuró .
-Bien, Uno, dos. Inspira.
Esta vez, los números salieron menos rasposos de su garganta, pero no consiguió respirar correctamente.
- Respiremos juntos, ¿Vale?.-Un asentimiento- Uno, Dos, Inspira.- Y llenó sus pulmones, sin apartar los ojos de los de su tío, que apenas le veían, pero le imitó con torpeza , sollozando.- Muy bien, uno... Repite conmigo, Vamos. Uno...
Y así estuvieron un buen rato, quizá horas . Ni ellos lo sabían, hasta que el corazón de Marcos volvió a su sitio, hasta que su respiración dejó de ser errática y torpe. Hasta que sólo quedaron los temblores atrapados en un apretado abrazo.
- Lo siento. - Atinó a decir Marcos .
- Tranquilo. Está bien, no pasa nada. No pasa nada...
- No sé si podré entrar.- Confesó el mayor, apretando su rostro en el hombro de su sobrino.
- ¿Quieres intentarlo?.
Silencio.
Un Silencio espeso, acongojante.
- Sí, quiero intentarlo.- Y su voz sonó más firme de lo que se sentía.
ESTÁS LEYENDO
Estrellas En Llamas.
RomanceMarvin desde siempre ha adorado a su tío, adoración que poco a poco se convierte en un amor capaz de mover mares. Él sabe perfectamente que nunca será más que un sueño, un delirio estúpido... Pero, en su diecinueve cumpleaños ocurre algo, algo que l...