Cap Final

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FINAL

-¡Joaquín!- escucho la voz de su madre amortiguada por la puerta de su habitación

Abrió los ojos lentamente, había tenido un largo sueño nuevamente, Emilio estaba en el sueño, muchas cosas estaban ahí, solía tener sueños tan vividos y a veces se le complicaba entender cuáles eran recuerdos y cuales eran simplemente creados por su subconsciente.

-¡Joaquín Bondoni Gress si no bajas en este instante empezaremos sin ti!- grito nuevamente su madre, esta vez desde el piso de abajo

Joaquín tardo un poco en entender todo el largo y a la vez tan corto sueño que había tenido esa noche, los recuerdos de cómo había conocido a Emilio y todo lo que habían vivido con Aristemo, el sueño acababa con ellos en los Glaad uno de sus momentos favoritos en su vida, sobre todo en el lado profesional, ya que en el grado de mejores momentos de su vida personal seguía siendo de los mejores diez, pero era opacado con algunas ocasiones más.

Se levantó de la cama colocándose unas pantuflas y tomando un suéter que sabía no le pertenecía y bajo las escaleras.
Hoy tenia llamado para ensayos de la obra de teatro, más tarde tendría su segunda consulta con una psicóloga y más tarde saldría con Nicole. Un día ocupado, tal vez por eso su madre hacia tanto escándalo, la gran señora Gress ya estaba sentada con su taza de café y su hermana Renata sentada frente a ella con el cabello revuelto tratando de mantenerse despierta.

-Buenos días- saludo con la voz ronca evidenciando que se acababa de despertar

-Buenos días- respondió Elizabeth
Su hermana ni siquiera le dio una mirada, Joaquín sospecho que estaba desayunando dormida o por lo menos con los ojos cerrados.

-Te levantaste muy tarde, si no te apuras no llegaras a tiempo a los ensayos- riño su madre

-Lo sé, es que tuve un sueño muy pesado, no escuche la alarma.

Tomo su desayuno lo más rápido que pudo y salió de la casa, con los gritos de su hermana detrás llamándolo mugroso pues no se había bañado antes de salir.

El ensayo fue rápido, no tuvieron contratiempos con sus líneas ni con sus posiciones, ni él ni ninguno de sus compañeros, iban a empezar las funciones la próxima semana así que todo tenía que estar muy bien ensayado.
Joaquín estaba ansioso y nervioso, el que fuera su tercera obra de teatro contando Aristemo el musical, no le impedía estar tan nervioso como la primera vez.

Más tarde salió directo a su cita con la psicóloga donde iba avanzando de poco, le conto el sueño que había tenido aquella noche.

-¿Qué sentimiento o que emoción captaste al despertar?- pregunto la mujer
Joaquín lo pensó, el sueño había tergiversado algunas cosas que pasaron, pero aun así la esencia se mantenía.

-Yo no diría que estuviera ni triste ni feliz, tal vez un poco confundido, pero me gusto poder recordar por medio del sueño las cosas que viví hace años.

La psicóloga asintió y después de un par de preguntas cambiaron de tema.


Su amiga estaba tan emocionada como e costumbre, escandalosa y eufórica, seguía pareciendo aquella chiquilla que había conocido cuando ambos eran muy jóvenes como para que Joaquín hubiera dado un beso antes que a ella.

-¿Me vas a regalar una entrada a tu obra de teatro? Bueno mejor que sean dos porque mi mamá no se la va a perder por nada del mundo

-Si no se la perderá por nada del mundo, entonces ira aunque tenga que comprar la entrada- bromeo Joaquín

-¡Oh vamos, Jaoco!- se quejó Nicole

Ambos comían helado, estaban sentados en una plaza, por lo general los fans de Joaquín no interrumpían o si lo hacían solo pedían una foto un abrazo y después se iban, no era lo mismo que hace un par de años, donde se le abalanzaban y casi se pelaban unos con otros solo por llamar su atención.

-Si lo hare, te voy a dar dos entradas- el conocía a su amiga, seguramente quería invitar a su novio, pero él ya tenía comprometidas las demás entradas que le otorgaban para regalar a sus cercanos.


La tan esperada noche llego y sin contratiempo alguno terminaron las dos funciones que tenían, ambas estuvieron llenas, todo un éxito.

-Joaquín, vamos a festejar tu éxito- dijo Nicole –Y no es pregunta, ya hable con tu mamá y acepto en que los tres fuéramos sin ninguna queja

Con los tres se refería a Renata, Nicole y él, pues su madre seguramente llegaría a trabajar aquella noche, pese a lo tarde que era y la madre de Nicole, seguramente iría a su casa a descansar
Joaquín no tenía trabajo sino hasta dos días después por lo que su madre había dado permiso.

Los cinco se encaminaron hacia el coche de Elizabeth, pero por Joaquín sintió la mirada fija en él de alguien y no dudo en levantar la vista de donde venía aquella sensación.

Casi tropieza, al encontrar la mirada de la otra persona. Emilio lo miraba desde el otro lado del estacionamiento.
Hacía apenas una semana que había soñado con aquel chico, solo que uno más joven e inmaduro, y no se iba a negar que le había estado viniendo al pensamiento en el trascurso de esta semana.

Emilio lo saludo con la mano y le brindo una sonrisa apenas torcida.
Joaquín no sabía en qué punto había dejado de caminar si fue cuando lo vio o cuando lo saludo o en algún punto intermedio, si es que lo había.

Renata lo miro y después siguió la dirección de su mirada, para después intercambiar una mirada con el resto de las mujeres que lo acompañaban, ellas a su vez parecieron entender algo y Nicole hablo

-No iremos a celebrar ¿Cierto?

Joaquín no contesto la pregunta que en realidad no necesitaba respuesta, y solo camino hacia el otro chico alto y dijo, aunque no estaba seguro si lo escucharon

-Las alcanzo

Había pasado un largo tiempo desde la última vez que lo había visto en persona, se veía tan diferente, tenía el cabello largo lo que provocaba que las raíces en sus cabellos se hicieran algo lisos, había barba fina en su mentón y en sus mejillas, se notaba que se había esforzado más en hacer ejercicio, siempre había sido algo que le encantaba, hacer pesas, lagartijas, etc. Etc. Fue eso una de las cosas que le contagio a Joaquín, solo que él era muy vago para ponerse en forma, pero Emilio lo había logrado, tenía más músculos, no era que alguna de esas cosas fueran debilidades para Joaquín, que si consideraba atractivas esas cualidades claro pero también consideraba atractivo cuando los chicos no tenían barba, entonces no eran ninguna de esas cosas lo que había provocado que le sudaran las manos o que se sintiera más torpe de lo común, aparte de que muy seguramente sus mejillas estarían rojas, solo era el que el dueño de todo ello era Emilio.

Estaba muy guapo, siempre lo había sido.

-Hola- saludo Emilio

-Hola- contesto Joaquín

Si Supieras Que Te Quiero (EMILIACO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora