Un día, tras una misión en una montaña, Kanae y Shinobu encuentran a un pequeño niño siendo criado por jabalíes, así que deciden tomarlo bajo su cuidado y criarlo en la mansión mariposa.
Con el paso del tiempo, el temperamento atrabancado y hosco de...
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—¡Zenitsu! ¡¿Donde estas?! ¡Se suponía que no íbamos a separarnos en lo que Tanjiro regresaba! —gritaba Inosuke girando sobre su propio eje en busca del rubio.
El rubio había visto una araña y había salido corriendo despavorido en menos de un minuto. Solo se había distraído un momento y ya lo había perdido de vista, y no podía moverse de ahí para buscarlo, necesitaba encontrar a Tanjiro primero.
—¡Inosuke! —le llamó el de la cicatriz mientras se acercaba corriendo al susodicho, quien suspiró aliviado en el momento que lo vio.
—¡Hasta que apareces! —se quejó—. ¡Zenitsu salió corriendo!
—¡¿Qué?! ¿a donde se fue?
—¡No lo sé! ¡Es demasiado rápido!, pensé que no tenía ninguna cualidad extraordinaria mas allá de su oído, pero ya vi que es veloz como un rayo. Ahora entiendo por que es usuario del aliento relámpago.
—¿Aliento relámpago? —inquirió el pelirrojo, curioso.
—ah, sí. Según mi maestra la mayor parte de los pocos usuarios del aliento relámpago usan un haori amarillo con triángulos grabados, es un aliento que se concentra mayormente en el uso de las piernas así que por eso no me sorprende que Zenitsu sea tan rápido, incluso asustado.
Escucharon el claro sonido de un relámpago.
—y generalmente sus ataques suelen sonar así —terminó por decir una vez el eco del estruendo se acalló.
—pero... no huelen a nubes de tormenta. ¿Habrá sido Zenitsu entonces?
—ojalá. Me sentiría mas tranquilo si pudiera ver que él se puede defender solo.
—la verdad yo también. Inosuke —llamó al chico. Esperó un momento, puesto que lo vio hablando con su cuervo, indicándole que buscase al rubio y que dependiendo lo que viera buscase ayuda, una vez el ave partió, el del haori azulado se giró a verlo, indicando que podía proseguir—. Hay un olor irritante en la punta de mi nariz, así que intentaré ir al otro lado ¿de acuerdo?
—bien, entonces vamos.
—No —Tanjiro posó sus manos sobre los hombros del chico mariposa—. Tú deberías bajar la montaña Inosuke.
—¡¿Estás loco?! —reprochó inmediatamente—. ¡No lo haré! ¡¿Por qué debería?!
—estas herido —señaló el otro chico, después de enfrentar la marioneta sin cabeza del demonio que Tanjiro acababa de asesinar Inosuke había recibido un par de heridas bastante severas—. No quiero que estas heridas empeoren todavía más, por favor ¿sí?
—esto no es nada, ¡debes estar mal de la cabeza si crees que voy a dejarte solo! —alegó intentando restar importancia a sus heridas, mas molesto que otra cosa.
