Un día, tras una misión en una montaña, Kanae y Shinobu encuentran a un pequeño niño siendo criado por jabalíes, así que deciden tomarlo bajo su cuidado y criarlo en la mansión mariposa.
Con el paso del tiempo, el temperamento atrabancado y hosco de...
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Los años habían pasado.
Inosuke nunca se había preocupado por discernir sus propios sentimientos, se había vivido toda la vida viendo por Kanao y por las demás niñas.
La cosa es que le había llegado un extraño y molesto sentimiento encontrado cuando resultó que Kanao y Tanjiro iban a casarse al igual que Zenitsu y Nezuko el año pasado.
Desde que el rubio había anunciado su matrimonio con la hermana menor de su amigo le había llegado un sentimiento agridulce que no importaba por donde le buscaba, no lograba deshacerse de el.
Pero la cosa se había vuelto peor desde el momento en el que Kanao y Tanjiro lo anunciaron, es decir, se suponía que debía estar bien pero el lo sentía de todo menos bien.
No era por los celos de hermano.
Había algo más y no terminaba de entender bien de que se trataba.
Kanao era feliz, Nezuko era feliz, Tanjiro y Zenitsu también se veían felices.
¿Por qué él no lo estaba?
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Inosuke se obligó a estar ahí durante la ceremonia de boda entre Tanjiro y Kanao con una sonrisa tranquila, no por que quisiera (por que era evidente que no quería), sino por su hermana.
Se notaba a leguas que Kanao estaba feliz por el acontecimiento y no quería echarle a perder la ocasión.
Sin embargo, su desconforme ante todo terminó siendo evidente, pues terminó fuera de la finca donde era la pequeña fiesta junto con Aoi, hablando un poco de todo.
—¿Estas enojado con Tanjiro por que se casó con tu hermana?
—Por decimoquinta vez Aoi, no. ¿De acuerdo?, no sé lo que siento. Todo había estado tan bien hasta que Zenitsu se casó con Nezuko y después de eso todo se volvió confuso.
—la verdad, yo no pensé que Tanjiro y Zenitsu fueran a casarse —confesó—. Quiero decir, una vez hasta discutieron por quien se iba a casar contigo.
Las mejillas de Inosuke se colorearon ligeramente de rojo.
—sí, lo recuerdo.
—¿También los escuchaste?
—todos los que estaban en la zona de entrenamiento de Himejima-San los escucharon.
—oh, entonces fueron dos veces.
—¡¿eh?! ¡¿ya habían peleado por eso una vez?! —Aoi dejó salir una pequeña risa, era evidente que no sabía de la primera vez que discutieron por eso—. Quiero decir, no pensé que las cosas cambiarían tanto después de toda la guerra contra los demonios.
Se quedaron en silencio un momento.
—Inosuke... ¿es que tú... estás enamorado de Tanjiro y Zenitsu?
—pero, lo estás, ¿no es así? —insistió, el muchacho se quedó callado—. No le veo nada de malo, una relación romántica es posible entre más de dos personas, es decir, ahí ves a Uzui-San y sus esposas.
—Es que una cosa es que un hombre se case con tres mujeres, otra que tres hombres se casen entre sí... ¿realmente crees que alguien aceptaría algo así?
—yo lo haría.
—quizás tú sí, pero quien sabe el resto del mundo. No quiero condenar a nadie por mis sentimientos —giró la cabeza, mirando el interior de la finca de reojo—. Ellos se ven felices.
—pero, ¿tú lo estás?
—no importa como me sienta yo. Lo que importa es que Kanao y los demás son felices. Shinobu-Nee-San me pidió que cuidara de ella y que me asegurara de que fuese feliz.
—¿y tú felicidad, Inosuke? ¿no importa?
Se hizo un breve silencio.
—a este punto creo que mi felicidad es algo inalcanzable, por lo menos en esta línea de vida. ¿Qué hay de ti? ¿ya tienes novio?
—okey, eso fue un golpe bajo.
—si tu puedes interrogarme y presionarme con mis fracasos amorosos, yo también puedo.
—un precio justo.
A Inosuke ya no le importaba perseguir un amor imposible con esos dos. Sus caminos seguían unidos por el momento pero empezarían a separarse en algún momento, tenía que buscar alguna forma de olvidarse de un sueño inalcanzable.
—de hecho, Aoi. Hay algo que podemos hacer.
—¿ah sí? —el muchacho asintió—. ¿Qué cosa?
—¿recuerdas lo que prometimos... cuando recién habías llegado a la finca?
La de las coletas se puso roja hasta las orejas.
—pensé que ya lo habías olvidado...
—¿Cómo crees que se me va a olvidar?
—¿realmente quieres cumplir con esa promesa?, no quiero que lo hagas solo por obligación.
—no lo hago por obligación.
—pero tu no me amas como los amas a ellos.
—pero un compañero de vida también puede ser tu mejor amigo. ¿Tú quieres hacerlo?, tampoco pienso obligarte.
Se hizo un breve silencio antes de que la muchacha contestara.
—sí...
Inosuke tenía que conformarse, ambos tenían que hacerlo. No les interesaba conocer gente nueva y juraron cumplir dicha promesa cuando apenas eran unos mocosos.
Una promesa de meñique nunca se rompe.
Aunque, ciertamente, Inosuke no era el único que se sentía insatisfecho por la resolución que todo estaba teniendo.
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Hasta yo estoy insatisfecha con como va a terminar esta madre ;-; i'm not ready
Si les hace sentir mejor, aún tengo contenido inotanzen, tanino, inozen y tanzen en mente así que -<-
En fin, hoy toca publicar finalmente los últimos tres capítulos, guau. Mejor dejaré esta nota aquí y proseguiré con el capítulo 42, nos leemos allá.
