Un día, tras una misión en una montaña, Kanae y Shinobu encuentran a un pequeño niño siendo criado por jabalíes, así que deciden tomarlo bajo su cuidado y criarlo en la mansión mariposa.
Con el paso del tiempo, el temperamento atrabancado y hosco de...
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Estaban llegando a la finca de Inosuke.
Una vez habían salido de la sede, los kakushis los escoltaron y también cargaron a Tanjiro, quien estaba considerablemente más débil que el chico mariposa.
—¡ya llegue! —anunció el del haori azulado una vez entraron al lugar.
—bienvenido —saludo una chica, quien entró del jardín al momento de escuchar la voz del muchacho—. ¿Qué te dijo la maestra?
Inosuke sonrió con nervio y se rascó la nuca.
—estoy en muchos problemas.
Tanjiro veía a Inosuke hablar mientras la chica escuchaba en silencio con una sonrisa. Se tardo un momento en darse cuenta por que era la primera vez que los veía juntos, pero ellos habían estado en la selección final. Ambos con el mismo broche de mariposa y semblantes tranquilos.
—¿ella es la hermana de Inosuke? —preguntó en voz baja hacia el kakushi que lo cargaba.
—no lo llames por su nombre. Hashibira-Sama y Tsuyuri-Sama no son cazadores normales. Son los sucesores de la pilar del insecto —advirtió.
—¿Exactamente que es eso de sucesor?
—los sucesores son seleccionados personalmente por los pilares, son cazadores jóvenes y extraordinarios a quienes toman bajo su tutela para que se conviertan en pilares cuando ellos se retiren o ya no puedan pelear. Ellos son sólo niños, pero sus habilidades son de impresionantes.
"Ya lo había notado", pensó el de cabellos burdeos, "desde la primera vez que lo vi me di cuenta de que sus habilidades eran superiores a las mías, tiene sentido".
—Tanjiro, ella es mi hermana Kanao —habló el chico, sacándolo de sus pensamientos. La susodicha le dedicó un ligero asentimiento con la cabeza—. Pero creo que ya se conocían.
—¿eh? —atinó a boquear—. ¿De verdad? No lo recuerdo.
—sí, sí. Ella fue la que te pateó.
"Ahora sí me acuerdo", pensó con rostro cansado.
—lamentamos eso —siguió diciendo Inosuke—. Eran órdenes matar a todos los demonios que quedaban y bueno, ella no sabía sobre Nezuko.
—está bien —dijo mostrando una sonrisa nerviosa.
—oigan —les llamó otra chica, con coletas sujetadas por dos pasadores de mariposas azules—. ¿Qué hacen ahí parados? Ino, tu voz se escucha mucho peor que hace rato —era cierto, no se había percatado hasta ese momento pero Inosuke estará terriblemente ronco—. Y mira eso —dijo acercándose y moviendo el haori azul para permitirle ver una mancha de sangre—. Tus heridas volvieron a abrirse, si la señorita Shinobu no te mata lo haré yo —advirtió.
