Un día, tras una misión en una montaña, Kanae y Shinobu encuentran a un pequeño niño siendo criado por jabalíes, así que deciden tomarlo bajo su cuidado y criarlo en la mansión mariposa.
Con el paso del tiempo, el temperamento atrabancado y hosco de...
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—¡¿Un juicio?! —chilló Inosuke, casi atragantándose y esculpiéndole a Kanao y a Aoi en la cara la medicina para la garganta que le habían llevado.
Zenitsu se encontraba profundamente dormido en una camilla junto a la suya, Tanjiro estaba en la sede.
En el momento en el que le comentaron el motivo por el que había sido llevado con el patrón, Inosuke sintió un nudo en la boca del estomago.
Un juicio con el patrón y los pilares a un cazador de demonios que viaja con uno, ¡Definitivamente eso no iba a salir bien!
Los pilares, siendo los cazadores mas fuertes, jamás iban a tener piedad por un demonio, ni siquiera por uno recién transformado o por uno que no haya comido a una persona, todos habían perdido a alguien por culpa de estos seres y no tenían el mas mínimo motivo para compadecerse de ellos, sin importar sus historias o lo que fuese.
Inosuke había sido literalmente criado bajo esa perspectiva sobre los demonios.
Pero Nezuko era una niña, era una niña atrapada por la maldición de un demonio. De no haberlo visto con sus propios ojos el tampoco lo hubiera creído, y se tardó en confiar en ella, pero terminó por comprender que ella no era una amenaza para los humanos, al menos no por ahora.
Era el único que podía hacer algo, los pilares lo conocían como el sucesor de Shinobu, quizás si decía algo sobre su experiencia estando con ellos logré convencerlos de no hacer nada, por lo menos no en esos momentos.
Inosuke era consciente de que Nezuko era lo único que le quedaba a Tanjiro, la única sobreviviente a la masacre de su familia, y el precio que pagó por ello fue enorme, puesto que perdió su humanidad y sus recuerdos.
Él era alguien que ni siquiera recordaba a su propia familia.
Debía hacer algo para que no le arrebataran lo único que le quedaba a su amigo.
—ni siquiera lo pienses —advirtió Aoi, quien comprendió rápidamente lo que estaba pensando—. La señorita Shinobu ya esta lo suficientemente enojada contigo por romper las reglas como para que te vayas a colar al juicio, además sigues herido —le regañó, Inosuke infló las mejillas molesto, en especial cuando vio como Kanao asentía repetidas veces a cada punto dado por la enfermera de dos coletas.
—todos aquí perdieron a alguien por los demonios —empezó a decir, bajando la cabeza—. Tanjiro también, por eso quiere devolverle su humanidad a Nezuko, a toda costa. No quiero que pierda lo único que tiene, no quiero que sufra más perdidas y que termine sin familia biológica como nosotros...
Aoi y Kanao se quedaron un momento conmovidas, pero no convencidas.
La de los ojos azules frunció el entrecejo.
—bien, pero si te metes en más problemas, ninguna de las dos va a defenderte, ¿okey?
