| | C A P Í T U L O . 5 : Madre | |

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—¿Qué cosa? —atinó a preguntar el chico

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—¿Qué cosa? —atinó a preguntar el chico.

Había encontrado a las chicas manteniendo una animada plática mientras almorzaban, él acababa de regresar del pueblo por unas cosas que Shinobu le había pedido para tratar a unos pacientes, recientemente estaban teniendo bastante trabajo.

Inosuke no era bueno tratando las heridas de los cazadores de demonios. Era curioso, porque Aoi, quien tenía más o menos su edad y la de Kanao, ya estaba como pez en el agua siendo enfermera del lugar. Y las más pequeñas, quienes solo tenían unos meses de haber llegado a vivir con ellos, también tenían talento para cuidar de los heridos. Kanao y él eran los únicos que no ayudaban más que a las tareas domésticas de la finca, de ahí en fuera se la pasaban observando a Kanae y Shinobu entrenar, incluso de vez en cuando las mayores se dedicaban a mostrarles lo básico del arte de la Katana y el estilo de respiración de agua, del cual derivó el de las flores y el de los insectos, incluso ambos ya habían dominado la respiración de concentración total continua (no tenían nada más que hacer en sus ratos libres ¿se notaba?). Aoi los acompañaba cuando tenía tiempo.

El detalle era que las niñas hablaban de sus madres mientras Kanao escuchaba en silencio.

—sí, sí, ¿por qué no nos cuentas un poco sobre tu madre, Ino*? —pidió Sumi mientras tiraba de su mano para acercarlo al pequeño circulo, con la intención de que se sentase con ellas.

—pues, verás —empezó a decir el único varón mientras rascaba su nuca con algo de nervio, rozando con la yema de sus dedos el broche de mariposa que sujetaba su medianamente largo cabello—. No recuerdo a mi madre.

—espera, ¿en serio? —preguntó esta vez Aoi, un poco sorprendida ante esta revelación.

—según Shinobu-Nee-San yo era muy pequeño cuando ella y Kanae-Nee-San me adoptaron —siguió diciendo—. Me encontraron siendo cuidado por una hembra de jabalí, al parecer me había confundido con una cría. Después de eso me recogieron y cuidaron de mí.

Inosuke les sonrió, como si con eso intentase deshacerse de la evidente pena que sentían sus compañeras por haber hecho semejante pregunta. Pero no le dolía, ni le causaba tristeza.

—lamento haber preguntado —musitó Sumi.

—no te preocupes, de verdad está bien —las chicas se miraron entre ellas, sin creer del todo las palabras del muchacho—. No puedo extrañar aquello que no recuerdo, y estoy feliz con mi familia ahora.

El chico giró la cabeza un poco encontrándose con los ojitos magenta de Kanao, mirándolo fijamente. Como si no supiera que hacer y fuese algo que ni siquiera con su moneda sería capaz de decidir, comprendiendo el peso emocional de lo que tenía en la cabeza.

Boop.

El sonido que salió de la boca de Inosuke fue acompañado por el suave toque de la yema de su dedo índice sobre la naricita de su hermana menor, quien hizo bizco para ver el dedo.

El Chico De La Finca Mariposa | | K N Y  | | A U | |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora