Un día, tras una misión en una montaña, Kanae y Shinobu encuentran a un pequeño niño siendo criado por jabalíes, así que deciden tomarlo bajo su cuidado y criarlo en la mansión mariposa.
Con el paso del tiempo, el temperamento atrabancado y hosco de...
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"Huelo sangre", pensaba la pilar del insecto mientras avanzaba a paso lento por la guarida del demonio, alerta a cualquier tipo de ataque, pero era complicado teniendo en cuenta que ni siquiera sabía donde estaba, cosa que se preguntaba repetidas veces.
Tenía un presentimiento dentro de su envenenadas entrañas, y no sabía bien que pensar de él.
Se encontró con una puerta corrediza, la cual abrió con total cautela solo para encontrarse con una escena macabra de mujeres muertas y un hombre de cabello rubio pálido sentado en forma de flor de loto en el centro de la escena roja.
—¿hm? —lo escuchó respingar sorprendido ante la intromisión, se volvió hacia ella—. Ah, ¿Viniste? —Shinobu solo pudo mirar fijamente esos ojos arcoíris con los Kanjis de "Luna superior dos" grabados en lugar de su pupila—. ¡Oh! ¡una chica! ¡Luces joven y deliciosa! ¡Tendré que agradecerle más tarde a Nakime!
Shinobu ni siquiera terminaba de prestar atención a las palabras del demonio, sus ojos lo escudriñaban de pies a cabeza, bien abiertos, su sonrisa había desaparecido y una vena se le había marcado en la frente.
La descripción que le había dado Kanae con sus últimas palabras estaba resonando en su cabeza como un bucle.
El demonio, al no recibir ningún tipo de respuesta por parte de la joven mujer con el pasador de mariposa, se quitó el extraño sombrero que tenía en la cabeza, permitiéndole ver manchas rojas, manchas de sangre.
El tipo le sonrió con toda la barbilla y boca pintadas de rojo.
—este, bueno... ¿Qué tal? encantado de conocerte. Me llamo Douma. Es una agradable noche la que tenemos, ¿verdad? —su voz sonaba tan calmada y dulce que ella sintió nauseas.
—a... ayu-ayuda... —escuchó una voz débil y femenina. Una de las mujeres seguía con vida y le rogaba a la joven pilar que la auxiliase—. ¡Ayúdame!
—tssssss —le chistó el demonio—. Estamos conversando...
En un movimiento planeó acabar con la vida de la mujer, pero Shinobu fue mas veloz y logró quitarla del rango de ataque.
—¿te encuentras bien? —le preguntó, obligándose a volver a sonreír mientras su cuerpo temblaba por la ira que sentía.
—!Whoa! tú sí que eres rápida, ¿eres un pilar?
Fue ignorado rotundamente, él único interés de Shinobu era el estado de la mujer.
Sin embargo, su intervención terminó por ser inútil cuando vio como la chica se hizo pedazos en sus propias manos.
—ah, ¡no te preocupes por ella! solo déjala por ahí, me aseguraré de devorarla más tarde.
La cazadora no prestaba demasiada atención al parloteo del demonio, solo observaba el cuerpo de la inocente mujer hecho trizas en ese suelo amaderado y recordó a su hermana.
