Capítulo 14

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Jimin había salido huyendo apenas vio que su destinada se distraía con aquel aparato pequeño que sacó de su mochila. Había alzado a Yeonjun en su brazos y le había agarrado el hocico para evitar que hiciera algún ruido que alertara a su mate de su huida.

No debió haberla besado, no debió haberla tocado, ni siquiera debió haber hablado con ella. Debería haberle hecho caso a su hyung y esperar a saber si era una persona peligrosa o no.

Pero no se pudo resistir. Tenerla frente a él fue demasiado, su aroma lo llamó por completo y se había perdido en él. Era demasiada la tentación para alguien que no sabe controlarse en situaciones delicadas.

Y qué bien que huyó, porque si seguía en ese lugar observando a su destinada, viendo cómo su ropa se pegaba a su cuerpo y sus curvas se marcaban, olfateando su olor, definitivamente algo hubiera salido mal.

Su lobo se habría descontrolado y Jimin juraba que él la marcaría sin pensarlo dos veces.

Por eso había salido corriendo, por eso no se quedó a pesar de que quería hacerlo con todas sus fuerzas.

Quizás debería hablar de esto con su hermano mayor, aún si sabe que él se enojará y le castigará por quizás haber estado en peligro y sobre todo por haberse sobrepasado apenas la segunda vez que la vio.

Pero no importará si Hoseok le ayuda a evitar que la termine dañando o peor, matándola solo porque su lobo no sabe controlarse.

Sunhee se había dado vuelta buscando aquel extraño que encontró en el lago, sin siquiera tener rastros de él.

No sabía por qué ni cómo, pero había quedado hipnotizada por su presencia y no pudo evitar haberse besado con él.

Había sentido una corriente electrizante recorrerle el cuerpo apenas sus labios se habían unido con los del extraño. Nunca sintió nada parecido y a pesar de que sabía que debería estar asustada, quería volver a sentirla. Sin importarle si debería volver a besarle o no, es más, le encantaría volver a besarlo.

Pero tenía que salir de sus ilusiones y volver a casa a cambiarse, seguía mojada y el viento que corría la hacía tener algo de frío.

En su camino a su hogar terminó cruzándose con Yoongi, que por alguna razón venía en su dirección.

Ella no lo sabía, pero el líder del Clan Min había estado en su cabaña buscándola y se había enfurecido de sobremanera al no encontrarla, pensando que estaría con alguno de los pulgosos Jung.

Y así fue, apenas sintió el olor de su destinada mezclado con el de uno de los lobos, sus ojos ardieron en un rojo intenso, como llamas danzantes sobre sus iris. Pero todo enojo se fue al escucharla hablar.

—¡Yoongi! Qué sorpresa encontrarte por aquí, ¿vienes a disfrutar del lago? —Sunny lo recibe con una sonrisa y a él le encantaría que fueran solo para su persona.

—Sí, has dicho que te gusta mucho venir aquí y quise comprobar qué tal era para leer. —Bien hecho, Min Yoongi, con eso ya la tienes ganada.

—¡Oh, eso es genial! ¿Qué vas a leer? —su destinada busca con la mirada el libro que ha traído, pero él no ha traído ninguno.

—¡Mira, ¿qué es eso de allá?! —el vampiro aprovecha la distracción de la pequeña para correr hasta la casa de ella y traer uno de sus libros. Él sí tiene enormes cantidades en su biblioteca, pero todos están escritos en idiomas antiguos y no podía elogiarse a sí mismo mostrando que sabía el idioma puesto que esas lenguas ya estaban muertas desde hace cientos de años.

Al volver, se acerca a su Luna, quien ya ha volteado la cabeza hacia él, acercando una mano hacia el costado de su rostro, pasando un poco su oreja, para luego poner la mano frente a ella, mostrando una flor que arrancó en el camino.

Lo que Yoongi no sabía es que el sonrojo de Sunhee no era solo por el hecho de recibir una flor, sino que él le estaba entregando una orquídea roja. Y según una saga que ella había leído sobre flores, estas representaban pasión y deseo. Por lo que no podía evitar pensar que el hombre en frente suyo, quería exactamente lo que el extraño del lago también quería. Aunque no lo supiera verdaderamente.

Antes de que siquiera Sunny pudiera contestar, una corriente de aire la hace estremecer y encoger sus hombros, abrazándose a sí misma.

—Creo que deberías volver a casa, terminarás resfriándote si sigues así. —Min deja la flor sobre la oreja de su Luna y se quita la chaqueta poniéndola sobre ella. Para luego pasar su brazo por sobre sus hombros, acercándola a él, tratando de darle calor, sin ser consciente de que en realidad, no puede. Después de todo es un vampiro y no puede emitir calor, es más, su piel siempre está fría y si emitiera algo, que nunca lo hará, sería eso, frío.

La chiquilla susurra un pequeño gracias y ambos se encaminan hacia la cabaña de Sunhee.

Dentro de la cabaña, Sunny prende la calefacción pensando que su invitado tiene frío al haberse visto privado de su chaqueta. Por lo que le dice que le traerá una de su padre, ya que la suya la había mojado con su ropa.

—No te preocupes por eso, Lune. Tú ve a cambiarte, te espero aquí. —Ella sonríe ante eso y se dirige rápido a su habitación para buscar ropa seca para vestirse.

Yoongi, entre tanto, vuelve a poner el libro que le sacó a su destinada en su lugar, tal y como estaba, esperando que ella no lo note. Y luego baja a la sala de estar, decidiendo salir de la casa a buscarle algo de comida a su destinada.

Termina escogiendo el restaurante más caro del pueblo y aunque el dinero no fuera realmente algo importante para él, puesto que su Clan se regodea en billetes, decide usar sus poderes de vampiro original para robar la comida que encargó para su Luna.

Esperaba deleitarla con el menú y tal vez, él deleitarse con ella.

A Girl In The Forest [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora