Capítulo 28

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El colegio por la noche en completa oscuridad daba miedo.

O por lo menos, eso era lo que sentía Wooseok al llevar encerrado allí desde la finalización de clases. Luego de que las puertas se habían cerrado frente a él, decidió salir por la parte trasera. Sin embargo, aquellas puertas también estaban cerradas. Intentó buscar otra salida que estuviera abierta, pero fue en vano. Lo peor de todo, es que se encontraba solo dentro del establecimiento y nadie parecía escucharle desde afuera, sin contar que no tenía señal en su celular.

Parecía que iba a tener que pasar la noche allí hasta que alguien descubriera su ausencia o que abrieran el colegio al día siguiente. Y la segunda opción parecía ser la que iba a ocurrir. Pero Wooseok no contaba con la sombra que lo acechaba desde la oscuridad.

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Sunny estaba a punto de gritar del terror y llamar a la policía, hasta que aquel extraño habló:

—¡Espera, Sunny, no grites! ¡Soy yo, Seokjin! —Ella tarda unos segundos en reaccionar, todavía con el corazón latiéndole a toda velocidad, siendo escuchado por ellos.

Sunhee abre la ventana y descarga todo su enojo contra el vampiro.

—¡¿Cómo se te ocurre lanzar piedras a mí ventana en medio de la noche?! ¡¿Estás demente?!

—Lo siento, dulzura. No contestabas mis mensajes y te tengo una sorpresa.

—¿Y no podía esperar hasta mañana?

—Nop, tiene que ser esta noche. —Seokjin le sonríe, tratando de tranquilizarla y convencerla de irse al bosque con él. —Lo que quiero mostrate solo sucede en una noche como esta cada cien años. Así que estamos de suerte, venga, sal y acompáñame.

—No pienso acompañarte a ningún lugar a esta hora. Es de noche, muy tarde y no hay nada de luz allá fuera.

—Vamos, Sunny, no pasará nada. Puedes traer una linterna contigo, tengo una lámpara de gas que nos iluminará también. Prometo que estarás bien, te protegeré.

Hay unos minutos de silencio, en donde solo se escuchan los ruidos de la naturaleza. Seokjin puede escuchar las pesadas respiraciones de sus acompañantes, quienes ruegan, junto con él, que su alma gemela salga de su hogar y se interne en el bosque.

Al final, Sunhee deja de mirar al vampiro y se decanta por aceptar, después de todo, nada malo podría pasar estando con él. Confiaba en que él la protegería si algo malo llegara a suceder.

—Está bien, dame 10 minutos y bajo.

—De acuerdo, aquí te espero, dulzura.

Sunny busca su sudadera favorita, una lo suficientemente abrigada para la noche pero no lo suficiente para hacerla sudar. Mientras lo hace, se percata de que no solo no está, sino que más prendas de ropa faltan en su closet. Quizás su hermano se las ha ensuciado y su madre las haya puesto a lavar. ¿Pero tantas prendas? Tendría que hablar con su hermano después. 

Al final, se decanta por una chaqueta deportiva la cual no cierra, dejando ver su pijama rosa de tirantes.

Baja las escaleras sin hacer mucho ruido y sale con cuidado por la puerta trasera. Allí, aparece Seokjin, con una cesta de picnic y una lámpara a gas. Le ofrece su mano libre a su destinada y así, se adentran en el bosque tomados de la mano.

Al principio, ella puede sentir el pánico inundarla. Cada sonido que escucha la hace sentir aún más insegura.

Observa hacia todas partes, cada árbol, cada rama, cada camino que se pueda tomar, pensando por dónde debería correr si alguno de los monstruos viene a por ella.

Sin embargo, Seokjin aprieta su mano al sentirla y oírla tan tensa, puesto que su corazón no paraba de latir fuertemente y su sudor comenzaba a hacerse presente. Para Sunny, aquella acción no pasa desapercibida, lo que ocasiona que en vez de concentrase en los sonidos tétricos del bosque, se concentre en él y en nada más que en él. Observa su rostro, viéndose más pálido a causa de la escasa luz de la luna que pasa entre medio de los árboles. Observa su expresión, él se ve muy seguro de sí mismo, así que debería confiar en sus instintos y sentirse completamente a salvo allí con él.

Seokjin voltea hacia ella, pescando su mirada, sonriéndole a continuación. Su alma gemela se sorprende ante ello y corre la mirada, sonrojándose, ocasionando en el vampiro sentimientos que no creía tener. Ella le causa ternura, pero es una ternura totalmente diferente de la que había sentido antes. La quiere para él, pero no la quiere como todos aquellos objetos caros de los que luego termina desechando. La quiere apreciar, la quiere tocar, la quiere amar, la quiere para pasar el resto de la eternidad a su lado.

Sunhee, al ya no estar viendo a Seokjin, se enfoca en el camino, reconociéndolo. Se dirigen hacia el lago, lugar que solía frecuentar antes de que aquellos monstruos la raptaran.

Estando cerca, puede apreciar pequeñas luces centellando en lo alto. Vuelve a observar a su compañero, tratando de averiguar qué había tramado, sin siquiera tener una mínima idea de lo que iba a pasar a continuación.

Cuando están lo suficientemente cerca, Sunny se separa del agarre de Seokjin para caminar hacia el inicio del lago, maravillada por lo que ve.

Entre las ramas de los árboles que rodean el lago, decenas de lucecitas alumbran el lugar. Parecen luciérnagas, bailando en la naturaleza para ellos. Ella se gira a verlo, sonriendo dulcemente hacia él y observando que el mismo ha puesto una manta sobre el suelo con variedad de comida y bebida en esta.

—Es hermoso. —Se acerca a la manta y se sienta junto a él frente a la comida.

—Como tú. —Provoca otro sonrojo y ahora él sonríe, encantado. —Espero que te guste la comida, no podía dejar que solo tú nos maravillaras con tus delicias. También tenía que mostrarte las mías.

Una pequeña mentira, pero para él lo vale. El inicio de la noche debe ser perfecto para que su plan se cumpla exactamente como lo ha planeado. Ha apostado todo a ello y los lobos deben hacer su papel de manera excelente, después de todo, Seokjin sí ha apostado por ello, pero si fallan, los vampiros serán los únicos que no saldrán perdiendo.

A Girl In The Forest [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora