CINISMO

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Capítulo 21

Odiaba el enorme vacío que me acompañó por las oscuras calles de la ciudad mientras avanzaba. 

Papá me esperaba en la puerta e la casa y en cuanto lo vi mis ojos se nublaron y la barbilla me tembló, él solo se acercó y me abrazó sin decir una palabra permitiendo que me desmoronara en sus brazos.

—¿Cómo sabías que todo iba a irse al diablo? — dije cuando mi llanto cesó.

—La forma en la que el príncipe te miró cuando llegó a la tienda me lo dijo todo. Te conozco mocosa y sabía que si el te hacía alguna mención de tus labores ibas a estallar.

—No fue eso, pero tienes razón — suspiré — supongo que se acabó.

—¿Y eso es malo?

—¡Papá! — me separé de él mientras reía.

—Te va a doler unos días, después ni siquiera te va a molestar, tienes la ventaja de que aun no estabas enamorada de él.

—¿Qué te hace pensar que no lo amo?

—Fácil, no lo miras como tu madre me miraba a mí.

—Eso no prueba nada, Anders.

—Entonces, ¿lo amas?

—No voy a responderte eso.

—Ya sé la respuesta — el muy desgraciado se estaba riendo de mí.

—Eres cruel papá.

—La crueldad en ocasiones enseña mucho más que la bondad, no lo olvides — suspiré y besé su mejilla

— Me voy a dormir.

—Leia — me llamó antes de desaparecer por el pasillo — llora, eso va a ayudarte a sacar la sensación de derrota. No tengo ni idea de lo que realmente pasó, pero estoy orgulloso de ti por saber reconocer la señales y alejarte a tiempo.

No dije nada. 

Me escabullí hasta mi dormitorio y en cuestión de segundos me desnudé y me tiré en la cama con la mera ropa interior. Hacía frío, bastante frío teniendo en cuenta que mi ventana estaba abierta, pero no hice nada por cerrarla, el frío me entumecía y hacía que mi mente divagara e ignorara lo que estaba molestándome en el momento.

El que Aaron hubiera demeritado mi labor en la tienda me enfureció, pero lo que me envenenaba la sangre era el que minimizara el hecho de que una chica había sido violada por uno de sus invitados y quien sabe cuantas chicas más. 

Yo estaba segura que el rey estaba escondiendo algo y estaba usando a Aaron como una tapadera para quien sabe que mierda. 

Todos estaban podridos y sorprendentemente Alec tenía razón, yo no encajaba en aquel círculo de snobs. Me había dejado deslumbrar por el primer hombre que de verdad se fijaba en mí como mujer, me había pretendido y hecho sentir nuevamente como yo, atractiva, como una mujer digna de ser vista por un hombre tan importante como él, pero en realidad él no veía quien era, Aaron solo veía la cara atractiva y el cuerpo voluminoso que estaba segura muchos admiraban de lejos porque si, yo era una mujer atractiva pero no era eso lo quería que el hombre con el que fuera a casarme viera.

Aaron estaba intentando poco a poco cambiarme y moldearme para ser aquella mujer "digna" de un príncipe y que emanara todas aquellas cualidades que se necesitan para ser de la realeza.

 Yo no era esa mujer. 

Y lo que más odiaba es que por un momento deseé ser esa mujer, encajar en algún lugar, formar algo que pudiese llamar mío, pero lo estaba construyendo sobre cimientos endebles. Nunca podía llegar a doblegarme o cambiar mis ideales por conseguir retener a un hombre a mi lado y mucho menos si ese hombre parecía tener menos valor que yo.

Ríndete a Él (LIBRO 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora