ANGUSTIA

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Capítulo 48

Alec

—Debemos rodear e ingresar por la parte sur de la frontera, eso nos retrasará treinta minutos, pero es la única zona que no tiene guardia activa, podremos pasar sin tener que luchar ni alertar a los demás —odiaba la idea de Fergus, pero era la más rentable.

—No es necesario cruzar por toda la capital para llegar — habló Lowis con dificultad — si se entra por el sur de la frontera se puede llegar en media hora menos a la casa, Palville es un pequeño pueblo que queda junto a la capital, casi está olvidado por la mano de los dioses, se puede rodear, ingresar por la pradera y en unos minutos encontrarán la casa. Podrían dejar los autos escondidos entre el prado y avanzar a pie, les tomará unos diez minutos caminando, menos si van corriendo.

—Ya escucharon a Lowis, todos a los autos ¡Ahora! — el padre de Leía rugió.

—Ninguno en esa casa más que mi mujer, Ana y Aaron pueden salir vivos. Maten a todos los demás- gruñí.

—¡Sí majestad!

Todos corrieron.

—Prometiste que ibas a cuidarla - me reclamó Anders — no me hagas cambiar de opinión, Alec.

—Fue mi error, no pienso excusarme, pero voy a traerla, voy a joder a Aaron y voy a asegurarme de que Leía sea correctamente vengada, de mi cuenta corre aquello.

Avancé junto a Asheron. Los soldados nos esperaban en la puerta del parqueadero con las armas listas. Tomé mis armas y las acomodé alrededor de mi cuerpo, guardé los dos puñales que siempre llevaba conmigo entre mis botas y cargué dos revólveres en la parte trasera de mi pantalón. Tomé el fusil semiautomático que recientemente habíamos probado y subí al auto.

Leo y Anders subieron junto a Maicol en el carro tras el mío. No llevaríamos ninguno de los autos distintivos de la familia real, la idea era pasar desapercibidos, de por si los autos en general de mi reino eran un lujo comparados con los Cleiwood llevar uno de los míos llamaría especialmente la atención. Tomaría a esos hijos de puta desprevenidos, sabía perfectamente que Aaron no se esperaría que reaccionara tan rápido. Probablemente en su enferma cabeza piensa que mi compromiso con Leia fue únicamente para fastidiarlo y que ella no tenía un valor real para mí.

Los momentos que pasamos juntos en nuestra infancia me pasaron por la cabeza. La forma en la que se encogía cuando su padre entraba a una habitación, lo perfeccionista que era, lo mucho que se esforzaba por demostrarle a su padre que era superior a mí. Tenía miedo, siempre la había temido a Orión y creció con esa imagen en la que debía demostrarle que podía confiar en él sin importar lo que tuviera que hacer para ello.

La escena de Orión obligándolo a beber alcohol y follarse a una de sus putas delante de él para que mostrara que valía la pena cuando tan solo tenía catorce años la sigo teniendo clara. El asco y el miedo en la cara de Aaron permanecieron incluso cuando fui con él a su dormitorio y me quedé a escucharlo vomitar y llorar.

Aaron siempre había sido el pelele de su padre y el consentido de mamá. Tuve a los míos poco tiempo, pero ese poco tiempo me bastó para saber que mi padre nunca me haría algo así y en caso de llegar a hacerlo mis madre jamás se lo hubiera permitido. Aaron creía que yo estaba celoso de su familia, no se alcanzaba a imaginar lo equivocado que estaba.

—Desde la pelea que tuviste con Cleiwood hace cinco años no te veía el uniforme de soldado - comentó Asheron una vez estuvimos en marcha.

—Hoy no voy solo como rey — respondí serio — Aaron creyó que podría jugar conmigo y me quedaría de brazos cruzados, se atrevió a ingresar a sus perros a mi territorio y sobre todo, se atrevió a llevarse a mi mujer, eso es algo que va a pagar con sus putas manos.

Ríndete a Él (LIBRO 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora