CAMBIOS

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Capítulo 33

Cuando mi hermano y yo entramos al comedor todos estaban enfrascados en una conversación. Todos menos Alec que miraba la mesa con aburrimiento. De verdad no mentía aquella noche al decirme que los lugares llenos de gente no eran lo suyo. Como siempre, él presidía la mesa, a su izquierda cerca de él había dos sillas vacías las cuales, deducía eran para Leo y para mí.

Avanzamos hasta la esquina de la mesa correspondiente y me senté en la silla más cercana al rey.

—¿Todo bien? — preguntó preocupado.

—Muy bien — contesté sonriendo.

—Después de la cena quiero mostrarte algo.

—Hoy me has mostrado muchas cosas.

—Aún queda una última.

—Bien— volví a sonreír y me atreví a tomar su mano en la mesa y apretarla.

La cena fue deliciosa, en su mayoría hablaba con mi hermano mientras los demás comentaban una que otra cosa. Lo primero que resaltaba era que tanto Honor como Estela hablaban y opinaban en la conversación de los hombres, ellos incluso me incluían en ocasiones aunque solo fuera para preguntarme cosas banales que yo respondía al principio con algo de recelo, pero luego de ver a Honor y Estela hablar con tanta propiedad comprendí que ellos estaba acostumbrados a incluir a sus mujeres en la conversación.

Viendo todo el panorama no me sentía tan fuera de lugar como en Cleiwood, aquí mi estilo de crianza no parecía el de una rebelde sin corrección, por el contrario parecía que las tres mujeres en la mesa fuimos educadas con el mismo ideal de igualdad y respeto hacia nuestra persona. 

Luego del postre y el café los miembros fueron retirándose. Honor y Estela partirían a sus casas, mientras algunos otros como mi hermano se quedarían en las dependencias del palacio hasta mañana. La razón de Honor para irse es que tenía un niño de cuatro años y un esposo esperando por ella, me parecía bastante curioso que haya venido sin su esposo y que además teniendo uno no fuera él el encargado del ducado.

—Bien, yo también me retiro, estoy algo cansado — mi hermano besó mi mano — mañana me iré muy temprano para avisar a la abuela — asentí.

—Basándome en lo que me comentaste hace unas horas te esperaré más o menos para después del almuerzo.

—Antes, no creo que Elionora aguante tanto — comentó Alec sonriendo.

—Y ruega que no regrese con un ojo fuera de la cuenca — Alec soltó una risotada.

—Supongo que debo prepararme, a mí también querrá darme un buen golpe — soltó Alec.

—Eso no lo dudes — soltó mi hermano en un suspiro — ahora sí, los dejo — besó mi mejilla e hizo una leve reverencia a Alec que lo hizo girar los ojos.

—¿A qué vino eso? — pregunté luego de que Leo saliera del comedor.

—Le he dicho que cuando estemos en confianza no me haga reverencia, somos como familia y le tengo confianza a tu hermano.

—¿Cómo familia?

—Tu abuela fue prima de mi abuelo, somos familia como en cuarto grado que se yo.

—Eso quiere decir que has estado besando a tu prima en cuarto grado — fingí una mueca de asco — eso es asqueroso, Alec.

—Por mí como si fueras mi prima de primera línea sanguínea — lo miré mal — ¿Qué? Ni que nunca hubiera escuchado que la monarquía se emparejaba entre familia.

Ríndete a Él (LIBRO 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora