CUMPLEAÑOS

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Capítulo 35

—Lo siento, lo siento — volví a abrazarlo — ¡Feliz cumpleaños! — exclamé antes de besarle toda la cara.

—Feliz cumpleaños a ti también, boba — me reí y le di un último beso.

—Con todo lo que ha pasado estos días no se me pasó por la cabeza nuestro cumpleaños, hace mucho que no lo tengo pendiente.

—Bueno, mi abuela se volvió loca, es la primera vez desde que nacimos que estamos junto a ella, los dos, un cumpleaños.

—Si, ¿Dónde está?

—Hablando con Alec de no sé qué y tampoco me interesa — me reí — ahora vamos al jardín, te tengo algo.

—No es justo Leo, yo no te tengo nada.

—No te estoy pidiendo nada, vamos.

Caminé con él del brazo hasta que cruzamos los dos jardines laterales y continuamos hasta el jardín real, pasamos la zona delantera y cuando avanzamos hasta la zona donde estaban los arbustos de rosas negras y azules jadee.

—Leo — susurré emocionada cuando vi una mesa para dos perfectamente arreglada y una caja con un lazo en uno de los asientos.

—No hemos tenido muchas oportunidades para estar solos y bueno, logré que Alec te quitara las manos de encima para prestarte un rato — me sonrojé.

—No digas estupideces.

—No las digo, es enserio — me reí y besé su mejilla.

—Gracias — avancé con él y me senté en la silla luego de que quitara la caja.

—Te ves muy bien — comentó Leo una vez estuvimos instalados en la mesa — ya casi no se te ven los golpes, has recuperado peso y te veo feliz.

—Estos días han sido muy buenos — sonreí — me tratan muy bien, Alec está muy pendiente de mí y me siento como una persona productiva, estoy entrenando de nuevo y esa presión que tenía sobre mis hombros todo el tiempo ha desaparecido, me siento más tranquila, más como yo misma.

—Se te nota y me alegra, pero hay algo que me ha rondado por la cabeza y me gustaría saber.

—Claro.

—¿Tienes algo con Alec?

—Define algo — respondí incomoda.

—Tú sabes a lo que me refiero Leía. Confío en Alec, pero después de lo que pasó con Aaron no estoy dispuesto a dejar que ni siquiera el mismísimo rey para el que trabajo se burle de ti — sonreí y tomé su mano entre la mesa.

—Lo sé, y yo tampoco me voy a dejar pisotear o amangualar de nadie de nuevo, lo prometo.

—Eso no responde a mi pregunta.

—No sé qué somos, amigos quizá, no lo sé. Nos llevamos bien y pasamos mucho tiempo juntos, pero no hay más que eso.

Y no mentía. Sí, nos besábamos y pasábamos gran parte del tiempo juntos, incluso había días en los que me encerraba con él en la oficina y me platicaba de lo que hacía, incluso me pedía opinión sobre algunos asuntos. Era claro que le gustaba, pero no había dicho nada que indicara que pasaba algo más.

—Bien, confío en ti, sé que no eres una niña y que sabes cuidarte, pero no puedo evitar preocuparme.

—Lo sé hermanito, y te lo agradezco, pero no te preocupes por cosas innecesarias.

Almorzamos en una serena y tranquila charla. Él insistía en rememorar nuestras travesuras y lo mucho que hacíamos enojar a papá con nuestras estupideces. Al terminar el almuerzo me animó a destapar la caja donde encontré cinco novelas. Leo sabía lo mucho que me gustaba leer, mi hermano me conocía mejor que nadie incluso cinco años después de no habernos visto ni la sombra.

Ríndete a Él (LIBRO 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora