Capítulo 20. Cuenta regresiva

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Akemi Kaori

En definitiva, mis días en la academia habían sido un cambio radical en mi estilo de vida. Ya no tenía las comodidades en mi hogar, con mis mayordomos y por supuesto que extrañaba a mi madre y hermana, pero estaba decidida a convertirme en heroína.

Al menos, no estaba sola; Kaname era muy buena compañía y contrincante cuando practicábamos. Odio admitirlo, pero cada vez me costaba evadir sus movimientos, había mejorado bastante, pero no lo suficiente para detenerme.

Digo, soy invencible cuando me lo propongo, para muestra el Festival Deportivo, mismo que llamó la atención de varios reclutadores, entre ellos, la agencia de FatGum, con quien accedí a estar por ser un buen complemento. Mientras yo los distraigo, él los noquea.

No obstante, una de las cosas que más me encantaba de estar en la academia era ver a Todoroki–sempai todos los días; un sueño hecho realidad.

Su comida favorita, la soba fría, era lo que nunca faltaba a la hora del almuerzo; uno de sus mejores amigos era Midoriya–sempai (también conocido como "Deku") que siempre andaba con una libreta, abordando a cuanto estudiante con un don interesante encontrara (como el mío), anotando quien sabe qué cosas (una costumbre muy radicada en él, según varias fuentes); a su vez, él era quien le daba nombre al "Dekusquad" conformado por Iida–sempai, el presidente de la clase, Ochaco–sempai, quien creo que tiene interés en él (un estorbo menos), y Tsuyu–sempai, quien no parecía tener interés en nadie.

Casi siempre lo veía con alguno de ellos, siempre apacible y callado. Era como ver a un ángel en la tierra.

Su familia estaba conformada por sus dos hermanos mayores Fuyumi y Natsuo, su madre Rei y su padre, el héroe número 1, Endeavor, Enji Todoroki, con quien llegué a escuchar que no se llevaba del todo bien, quizás el héroe era demasiad exigente con él. Me pregunto si será el causante de su cicatriz en su ojo izquierdo...

Como sea, saber que estaba a pocos metros del hermoso bicolor, ya hacía mis días más brillantes.

Por eso, tras darme cuenta de lo amigable que era, se me hizo bastante fácil verlo practicar, aunque pasaba demasiado tiempo con esa bomba andante. ¡Qué fastidio!

Sin embargo, otros días, en los que logramos coincidir, incluso en compañía de Midoriya–sempai, me acercaba a él y, para mí, ya era celestial escuchar su voz, sentir sus preciosos ojos bicolor sobre mí, lo lindo que le quedaba el cabello más largo... ¡Estaba flotando!

Aunque, no todo era tan favorable.

– ¡Eres un demonio! – grité lejos de él.
– Claro que no... ¡SOY MUCHO PEOR QUE ESO! – adoptando una postura inhumana, mientras de sus manos salían chispas. Qué horror y poca decencia.
– ¡Katsuki! – Era la inconfundible y angelical voz de Todoroki–sempai que, se sacrificaba entre esa bestia y yo. Cómo era de esperarse, solo él sería capaz de apaciguar a esa fiera.
–Tks... ¡Piérdete mosquito! – el muy... ¡se atrevió a llamarme mosquito!

Eso me molestó demasiado, y no pensé con claridad.

Me teletransporté frente al detonante parlante para picar su nariz, lo que hace que casi queme el impoluto y perfecto uniforme de invierno de la única persona capaz de aguantarlo. Debía tenerlo chantajeado o secuestrado, nadie en su sano juicio querría estar cerca de ese explosivo.

– ¡¿Por qué no te enfrentas a mí cara a cara, en vez de huir cual mosca?! – De sus manos salían humo y chispas – Aunque quizás sea darme demasiada ventaja. – Con una sonrisa retorcida.
– Hablas demasiado – Sentía mi sangre hervir.
– Akemi, en otra ocasión puedo explicarte mejor las medidas ofensivas más comunes. – tomando la mano de esa chispa con piernas. Verlos así, provocaba sensaciones muy descargables dentro de mí.

Solo Si Es Contigo (2da parte) BakTd/TdBkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora