Capítulo 13. Encantado de conocerte

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Mamura Elliot

Estaba más que feliz de que mi tutor fuese el Prof. Aizawa Shota, ¡el mismísimo Eraserhead!

Para ser honesto, no creí que mi desempeño en el examen de ingreso haya sido el mejor, en especial cuando esa bestia me acorraló con sus garras y tuvimos que rendirnos. Más sorprendente fue descubrir que tuviera pareja.

Solo una deidad podría estar con alguien así; deidad por la que esa ruidosa chica suspiraba a diario.

De todos, justo tenía que sentirse atraída por la pareja de ese explosivo andante. La compadezco.

Siempre había pensado que eso de tener un interés romántico no sería más que piedra de tropiezo. ¿Quién quiere estar distraído todo el día pensando en alguien más?

Y, cual ironía, pensando justo en eso, choqué con la realidad más pronto de lo que creí.

Estaba de camino a la biblioteca, poco antes de retirarme a mi habitación cuando, antes de tomar el pivote para entrar, choqué de lleno con la pared detrás de mí.

– Bakubro, ¡eso fue muy...! ¡Hey! – estaba demasiado aturdido – ¡¿Estás bien?! – No veía el rostro de quien me estaba sosteniendo. – ¡Hey! – Toda mi vista era de un tono rojizo. ¿Me estaría desangrando?

No recuerdo nada más.

Lo próximo que supe fue que estaba en la enfermería. El aire olía a desinfectante y alcohol; me sentía mareado.

– ¡Qué bueno que despertaste! – ¿Por qué hay tanto ruido?

Una vez terminé de abrir mis ojos, frente a mí había un chico con dientes puntiagudos y un cabello tan afilado que podría utilizarse para perforar el concreto. Era bastante fornido, y no dejaba de gritar y sonreír.

¿Qué estaba pasando? Estaba al borde de un ataque.

– ¡Vas a asustarlo! – Detrás de él, se apareció a quien me enfrenté en el examen, dándole un golpe en la cabeza, y así la poca mejoría que sentía, se esfumó. – Al parecer sigue vivo. – Me miraba desde arriba, con un aire demasiado pedante.
– ¡Le debes una disculpa!
– ¡Eras tú quién no me dejaba en paz! – comenzaron a discutir
– ¡Me lanzaste a la puerta, Bakubro! – ¿"Baku" qué?
– Ya me siento... – intentando levantarme de la cama, solo para que el chico frente a ella me sostuviera. Aún seguía aturdido.
– ¡No te apresures! – Su voz era animada y amigable. Levantando la vista rápidamente, pude ver que sus ojos también eran rojos.

Me senté nuevamente en la cama y me tomé el vaso de agua que me ofreció. Pese a que llevábamos el uniforme de invierno, era posible ver que, a través de él, su musculatura destacaba considerablemente.

– Te haremos compañía hasta que te sientas mejor – Mostrándome una sonrisa, que me puso inesperadamente nervioso.
– ¡¿"Haremos"?! ¡Por supuesto que no! – estaba harto de escucharlo gritar, y estoy seguro que su presencia aquí solo me haría sentir peor
– Ya que me debes una disculpa, si te marchas, la tomaré como tal. – Prefería ahogarme en alcohol que seguir viéndolo.

Solo chistó y se marchó a paso fuerte.

– Aunque parezca impasible, es mejor persona de lo que crees. – Volviendo a sonreírme, con una voz tenue y calmada. Y, como si nada, la irritación que sentí, se fue. – ¡Wow! – ¡¿Qué?! ¿Qué tengo en la cara? – ¡Tus ojos se regulan como un lente! Es justo como dijo Midoriya – ¿Mido...? Ah, el chico que se acercó a mí poco después de enfrentarme a esa fiera explosiva. ¿Me pregunto si se habrá acercado así a todos los nuevos? – Eres muy callado.
– Y tú muy enérgico.
– Pero mordaz cuando hablas. – Y de nuevo, volví a sentirme nervioso. – ¿Ya te sientes mejor? – A menos que mi actual estado fueran secuelas del golpe, creo que sí. Solo pude asentir. – Salgamos de aquí, te invitaré algo. – Mientras se levantaba, invitándome a salir.

Solo Si Es Contigo (2da parte) BakTd/TdBkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora