~4~ Maddie

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Narra Dustin

●-¡¿Cómo que yo soy quien tiene que llevarlos?!-pregunté frenético

Mi novia, Tatiana, había tenido la idea de pedir prestados unos cuantos libros, para estudiar juntos.

Pero lo único que ella se dedicó a hacer fue en chatear en el celular, coquetearme y chismosear sobre que habían nuevas personas en el campus.

-¡Fuiste tú quien no quiso estudiar!- se quejó ella, qué mentirosa

-¿Yo? Claro-dije con sarcasmo-. ¡Yo fui el que al menos leyó las primeras páginas de todas!

-De todas maneras no soy yo quien los va a llevar-dijo Tatiana mirándose las uñas-. Alquilé los libros en tu nombre- y me sonrió

-¡¿Qué?!-grité

-No te alteres-dijo acercándose a mi tratando de besarme, pero la aparté de un empujón.

-No... no me beses-me dirigí al escritorio y recogí todos los libros-. Esa es tu consecuencia por no ayudarme- y me dirigí a la puerta de la habitación que ya estaba abierta.

-No durarás mucho tiempo sin mí- dijo ella antes de que cerrara la puerta

Por suerte la habitación de Tatiana estaba en el primer piso, o si no hubiera sido un gran problema bajar con los libros en las manos.

Llegué a la plaza y caminé con cuidado, puesto que algunos libros me obstruían la vista.

A un lado vi a Many hablándole a una chica, quien intentaba descontroladamente callarlo.

Sabía la pesadilla que era sumirse en una conversación con Many, así que decidí ser el héroe del día.

Me dirigí hacia donde se encontraban, y me fui acercando hasta que, sin darme cuenta, los libros se chocaron contra mi cara, haciendo que se me cayeran de las manos y yo me cayera de espaldas al suelo.

Varios chicos a mi al rededor se rieron.

Miré a Many ayudar a levantar a la chica.

"Mierda" pensé

La cabeza me daba pitidos, pero alcancé a escuchar una parte de la conversación antes de pararla.

-... podría hasta llamar a un hospital de verdad, y una ambulancia llegaría en solo cinco...

-Many, ya cállate- dije, sobresaltándolo.

Al verme, abrió los ojos como platos y se acercó a ayudarme 

-¿Te encuentras bien? ¿Te hiciste da...?

-Creo que me rompí un hueso ¿Sabes?- necesitaba alejarlo un poco; simulé dolor en una pierna-. Será mejor que traigas a la Sra. Cardona.

-¡Sí!- exclamó Many, y salió corriendo

Me sobé la cabeza a causa del impacto de antes.

-¡Ay, Dios, lo siento, lo siento, lo siento!-dijo una voz femenina que me ayudaba a parar.

Abrí los ojos y vi a una chica de ojos verdes y cabello café

-No te preocupes, fue un simple golpe-dije dándole la mano para que me ayudara a parar-. No fue tu culpa, fue la de Many por estar en modo cotorra- solo sonreí

-Te ayudo con los libros-dijo ella y comenzó a levantarlos

-Sí, gracias -fue lo único que pude decir; la ayudé a recoger los más pesados.

"Qué rara, no se pudo reír de un chiste tan básico como ese"

-¿Te ayudo a llevarlos?- me preguntó

Sentí una chispa en mi pecho.

Di que si!

•¿Qué?•

¡Agh! Soy tu consciencia, y te digo que sé que quieres conocerla, así que en el momento que van le dices su nombre

•Pero no quiero conocerla, me parece rara•

Necesitas amigos raros, adiós (~•-•)~

-¿Hola?- preguntó ella

-Sí, gracias- respondí rápido y me dirigí con los libros en las manos al edificio central.

Ella me siguió.

Caminaba al lado de ella, tenía que preguntarle su nombre.

La miré y vi que ella me miraba. Sonreí

-Eres nueva ¿No?- decidí comenzar tema de conversación

-Sí-respondió

Entramos al edificio y la guié hacia la biblioteca; subimos las escaleras.

-¿Cómo te llamas?- decidí preguntar

-Maddison Colligan-dijo-. Pero puedes llamarme Maddie

-Bien, Maddie

-¿Y tú cómo te llamas?- me preguntó

Doblamos una esquina para llegar a la última puerta; la biblioteca

-Dustin Briand-dije-. Pero puedes llamarme Dustin

Rió, y me la quedé viendo "Que risa tan dulce" pensé

Llegamos a la puerta y la abrí. Vi que ella se sorprendía y sus ojos le comenzaban a brillar.

Hey, recuerda que tienes novia, tarado

•Ya dije que me parece rara, además amo a Tatiana•

Tatiana es una perra•

•Ya cállate y vete•

Yo me voy cuando yo quiera

• ... •

Okey me voy (~•-•)~

La guié hasta el escritorio central y dejamos los libros al frente de la encargada de la biblioteca.

Miré mi reloj

-Creo que es hora de que vayamos al centro cultural-dije, y me di cuenta de que dije "vayamos"

-¿Vayamos?-dijo ella

-Sí, ¿O quieres ir sola?, además podría enseñarte parte del centro cultural- improvisé

-No, claro que no- dijo y miró hacia la puerta, al cabo de un segundo me volvió a mirar-. Bien-dijo

Y los dos salimos por la puerta al centro cultural.

Llorar no es una Alternativa [University Life]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora