~14~ Engaño

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Narra Dustin

●Salí de la habitación porque el ambiente ya se estaba volviendo incómodo.

Miré mis manos y junté mis puños en un golpe

"Torpe" pensé

Miré el tablero al lado y escribí:

"Perdón,
~Will Herondale"

Bravo, bravo, bravo•

•No ayudas ¿Sabes?•

•Así nunca te la vas a ganar•

•No me la quiero ganar. Además, tú dijiste que tengo novia•

•Lo dije pero siempre te he dicho que es una perra, termina con ella y vete con Maddie•

•Maddie me odia, y amo a Tatiana•

•Ya verás que no•

Decidi terminar de hablar con mi conciencia.

Qué estúpido, ni tenía que decidir cuándo quería acabar de habla con ella.

Caminé por el pasillo pensando qué fue lo que pasó.

Descubrí que Maddie no era rara, es frágil. Y la causa de eso era Eric.

Había escuchado su conversación con Sam, y seguía sin poder procesarlo.

-Pff- resoplé

Doble una esquina y me dirigí a la habitación 315 -mi habitación- y entré

Paredes blancas, cama de madera con covertor azul, escritorio con millones de astillas y stickers, cuadernos con portadas dañadas, ropa esparcida por todos lados, una guitarra acústica al lado de una eléctrica y un bajo, y al lado de mi cama en la pequeña libreria, mi caja secreta.

Una caja de mudanza con varios libros.

Percy Jackson, Oscar Wilde, muchos de John Green -los chicos también somos sentimentales- y aún más al fondo, las sagas completas de Cazadores de sombras.

Saqué Ciudad de hueso y guardé la caja.

Me senté en la cama y comencé a leer.

Las palabras fluian por mi mente y las entendía.

Dirán que es obvio, las palabras son algo para entender, meterte en la historia, en la vida del personaje,  pero esos libros solo los había leido por popularidad.

Cuando terminé Princesa Mecánica, no había entendido ni mierda, pero ahora sí lo haria, lo haria y lo disfrutaria, lo haria por Maddie.

Y era cierto lo que ella decía.

Me parecía a Will Herondale en muchos aspectos.

-Yo soy más guapo- susurré en una pequeña risa.

Las cinco de la mañana y la imagen de Maddie tomándo mi mano para ayudarla a parar no salía de mi cabeza.

No sabía qué hacer.

Me levanté ya cansado de no poder dormir y salí de la habitación, necesitaba un poco de aire fresco.

Al pasar al lado de la habitación de Maddie me quedé mirando la puerta, pero después volteé la mirada y seguí a las escaleras.

Me fui a los bebederos del primer piso pero estaba en mantenimiento.

Salí como si nada al patio central y un vigilante me apuntó con la luz directo a la cara.

-Jovencito, debería estar durmiendo a estas horas- dijo acercándose.

-Estaba mareado y necesitaba un poco de aire libre y agua, y el de los pasillos está en mantenimiento- me escusé

-Muy mal, jovencito- dijo el vigilante sacando una libreta-. ¿Su nombre?

-Escríbame esta- dije alzándole el dedo y hechándo a correr.

Escuché unos gritos del vigitalte  y unas pisotadas, pero al alcanzar distancia y entrar en un tunel hacia el otro lado del campus, miré atrás y ví que estaba sentado en la piso, exhausto.

Seguí corriendo sin mirar al frente y choqué precipitadamente con alguien, cayendo al suelo.

Escuché un grito femenno, y a alguien gruñir de angustia.

-¡Hey! Más cuidado la próxima vez por...- comenzó a decir alguien, me levanté y miré

-Vaya, el famoso Eric- dije con una risotada-. ¿Qué haces a estas horas por...

Me callé, no podía creerlo

Tatiana estaba tratando de esconderse  en las sombras del tunel.

-¡Oh, Dios!- dije mirándo hacia un lado-.Tatiana

Ella lanzó un suspiro y se acercó a mí.

-Sé que esto es muy raro, pero te juro que no es lo que parece- dijo tratando de poner sus manos en mi pecho

Sin responder dí unos cuantos pasos atrás y salí corriendo al estadio, entré a los casilleros y frené estrellándome contra una pared; caí al piso.

Miré mi brazo, de él un morado aparecía lentamente y de mi mano se deslizaba un hilillo de sangre

Apreté los dientes y estrellé mi puño contra la pared; se hizo una pequeña forma profunda.

Me miré la mano, tenia sangre rojo oscuro en toda ella, y mis nudillos estaban rojos a más no poder

Al ver la sangre recordé un dia.

Flashback

-¿Hijo?- dijo mi madre abriendo la puerta de mi habitación, la cual estaba totalmente destrozada; libros y ropa en el piso, hojas rotas por doquier, un jarrón de flores roto en el piso... con líquido rojo en los pedazos.

Mi madre al verlo hizo un ruido de exclamación

-¿Qué sucedió aquí?- dijo al ver todo y puso los ojos como platos al ver mis manos llenas de sangre.

-Fue...-sorbí por la nariz-, fue mi culpa...

-¿De qué hablas?- mi madre se arrodilló al lado mio

Le mostré lo que tenía en mis brazos.

Mi cachorro de seis meses, muerto

-Fue mi culpa- repetí

-No mi niño, no- mi madre cogió al cachorro y me acarició el cabello

-Sí...- me pasé una manga por mis mejillas llenas de lágrimas-. Me dijiste que recogiera todas esas figuritas del piso y no lo hice- suspiré-. Él se tragó una y se ahogó... te desobedecí y mi consecuencia fue él...

Lloré con más fuerza

-Eres un niño de 13 años bastante orgulloso- mi madre me acarició el cabello-. Todos nos equivocamos. Así es la vida, a veces tiene altos y a veces tiene bajos- pensó un momento-. Pasame ese libro tuyo de... Bajo la Misma Estrella.

Me levanté y recojí el libro, se lo pasé a mi madre y buscó entre las páginas.

-Aqui... página 208 "El mundo no es una fábrica de conceder deseos"- me miró

-Qué cliché, mamá- dije, ella soltó una risita; sonreí-.¿Y eso qué tiene que ver?

-Que el mundo no define lo que hagamos, todas nuestras acciones son un sin querer perdido en el universo- miró al cachorro-. Que él haya muerto no significa que haya sido tu culpa.

Comencé a llorar más fuerte.

Mi mamá se levantó y me abrazó.

La abracé , y allí nos quedamos callados el resto de la tarde.

Fin de Flashback

Llorar no es una Alternativa [University Life]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora