~39~ El Hospital

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Narra Maddie
Cerré la puerta y miré a todos los del pasillo, me miraban atontados; seguramente escucharon los gritos

Comencé a caminar con una mano en la cara, pues sentía la mejilla aún ardiendo

Alguien me detuvo y yo cerré los ojos.

-¿Maddie?- preguntó una voz

-¿Kate?- dije casi inconsientemente

-¿Qué sucede?- preguntó tratando de quitarme la mano de los ojos.

Sollocé e hice fuerza para que ella no me quitara la mano.

-Preguntaselo a Dustin- dije, me safé de su agarre y me dirigí a mi habitación.

Escuché un grito, un golpe, y ví a Kate correr.

Seguí adelante hasta llegar a la habitación 305, entrar, y acostarme en mi cama.

No lloré, ya ni sabía para qué debia llorar.

Escuché un grito terrible y un AYUDA a lo lejos.

De pronto se abrió mi puerta y alguien, con mucha brutalidad, me jaló fuera de la cama y me cogió de los hombros.

-Ayudame, porfavor- Kate estaba llorando, el delineador corrido por sus mejillas, y sus ojos demasiado brillantes.

-¿Qué sucede?- dije saliendo de mi habitación.

-Dustin- dijo, y de pronto varios hombres con una camilla entraron por el ascensor.

Los miré nerviosa mientras repetía mentalmente que no giraran a la derecha. Pero mi mala suerte estaba de buenas hoy; giraron a la derecha.

Abracé a Kate, quien estaba que se desmayaba y al segundo la camilla volvió a aparecer... con Dustin encima.

Tenía sangre en su camisa y manos, y sus ojos estaban cerrados.

La camilla pasó de largo, y quise ir, pero mis piernas no podian. Se demplomaron al piso, y yo caí.

Comencé a llorar, al frente de todos, con los ojos ardiento y el corazón roto.

Nunca pensé que pasaria algo así, y menos que fuera Dustin quien estuviera involucrado.

Varias personas se me acercaron y allí ya no tuve miedo.

Con los ojos aún ardiendo los miré.

Me miraron sorprendidos y se alejaron. Sonreí, me paré, y me dirigí a mi habitación.

De pronto, al entrar a la habitación, todo se volvió oscuro.

Caminé hacia la pequeña lucecita en forma de Luna conectada al enchufe y le aumenté el brillo.

Miré, confundida, la habitación.

La cama tenía un covertor de princesas, y el techo tenía estrellitas fosforecentes.

Había un pequeño tocador lleno de botellitas con perfumes u otras cosas.

Me dirigí a la puerta y la abrí, la casa estaba a oscuras; no había nadie.

Eso no lo corfirmé hasta verlo.

Había una niña de ojos azules y cabello castaño, llorando.

Me acerqué y le puse una mano en el hombro.

-¿Qué sucede, nena?- dije

La niña me miró, y sus enormes ojos me miraron fijamente.

-Nada va a ser igual...- sollozó

-¿Eso qué significa?- dije con voz suave

Ella sonrió, y quitó mi mano de su hombro

-Yo soy tu; se que sabes qué significa- dijo, y acto seguido chasqueó los dedos y todo se volvió oscuro.

Desperté y me incorporé enseguida

-Dustin...- dije de repente, y suspiré por eso

Miré a todos lados, estaba en una habitación con paredes azul menta, acostada en una camilla con sábanas blancas.

A mi lado había una mesita de crital en la cual habían tarritos con pastillas y un vaso y una jarra con agua.

Al momento me dí cuenta, con retraso, que estaba en un hospital.

Me froté los ojos y sentí un mínimo dolor en mi mejilla izquierda.

Me miré reflejada a la mesita de cristal y tenía una tira de micropor encima de mi mejilla tapando una zona rojiza.

Puse mis manos sobre mi cara y suspiré.

¿Todo había sido un sueño? No lo podía creer... todo había parecido tan real. Esa niña... yo.

Ni siquiera me había dado cuenta de cuándo me había desmayado.

Suspiré por última vez y me levanté de la camilla.

El frio del piso traspasó la delicaba tela de mis medias y me dió un escalofrio.

Sin ponerme los zapatos me dirigí a la puerta, y por el pequeño ventanal rectangular de la puerta, pude ver que no había nadie afuera.

Salí a un enorme y largo pasillo, el cual estaba vacio y las largas bombillas titilaban.

Me recordó a una pelicula de terror, en la cual en cualquier momento apareceria una chica de cabello lacio tapandole la mitad de la cara y me mataria.

Le dí la espalda al pasillo, y miré la placa que estaba al lado de la puerta. Habían unos nombres escritos a lapicero:

"Doctor Rick Watson
Paciente Maddison Colligan
Habitación 209 del hospital Richard Pard"

-¿Maddie?- dijo una voz.

Se me tensó la espalda al escuchar aquella voz.

Me volteé lentamente mirando a aquella persona, y por un momento me reí de lo que había dicho de Que apareciera una chica de cabello lacio largo con la mitad de la cara tapada, pero después miré bien a la persona y la sonrisa se me esfumó

-Isidora- dije también soltando una sonrisa

Esa chica había sido una de mis mejores amigas de pequeña, pero por un asunto dejó de serlo imprevistamente.

Tenía el cabello negro, lacio y largo hasta la mitad de la espalda, con un flequillo tapándole el ojo izquierdo y ojos cafés casi negros.

-Vaya- dijo cruzando los brazos-. Aún recuerdo cuando me decias Issa

La miré a los ojos, y su mirada se intensificó

-Eso es pasado, ya no eras como antes- dije tranquilamente

-¿Aún sigues molesta por lo que te hizo mi madre?- dijo en tono burlón.

-¿Tú qué crees?- le dije con una sonrisita -. Fue a los 5 años... ahora tengo 17... han pasado 13 años de tanto sufrimiento y mentiras...


Llorar no es una Alternativa [University Life]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora