Narra Maddie
●El sonido de un eco me despertó, para que acto seguido sonara mi reloj despertador.
Lo miré y apagué, las seis de la mañana
Me senté en la cama, y estiré los brazos; un leve dolor recorrió mi espalda.
Me volví a acostar en la cama, pero unos toques en la puerta me hicieron volver a sentarme.
"Dustin", fue lo primero que pensé, e hice una mueca por ello
Recordé lo que había pasado ayer.
-¿Quién?- dije
-Sam- escuché al otro lado de la puerta y acto seguido se abrió; apareció Sam con un plato de tostadas en la mano-. Hola Maddie
-¿Cómo abriste la puerta?-dije incorporándome de la cama
-Un viejo truco que encontré ayer-dijo ella-. Traje el desayuno para ayudarte por si sigues... adolorida ¿Cómo sigues?
-Mejor- le sonreí
-¿Y Dustin?
Me soprendió la pregunta y miré hacia la puerta.
-¿Todo bien?- Sam se sentó en la silla del escritorio y cojió una tostada del plato
-Sí-respondí-. Ayer fue dicífil. Pero al menos tuve la libertad de estar sin Bipolarity ¿Por qué preguntas por él?
Sam rió por el apodo antes de responder
-Pues sucede que salí a entregar un reporte a un maestro, pero vi a Tatiana y Eric caminando juntos hacia el tunel del estadio y quería saber si sabía
-¿Tatiana lo está engañando?-pregunté abriendo los ojos
-Eso parece- Sam miró el escritorio y me pasó el plato-. Hey, come y báñate, hoy no te escaparás de clases-en el plato quedaba una tostada con un poco de mantequilla sobre ella y unas cuantas moras azules en una esquna; cogí el plato
-¡Aww gracias!- y la abracé con el brazo libre
-Apúrece, jovencita- dijo con voz de ancianita
Reimos, y me terminé la tostada en tres mordiscos
Ella se quedó manoseando mis dos peluches de la cama y ayudándome a tenderla mientras yo me bañaba y me vestía con una camisa a rayas amarillas, unos shorts blancos, y unas botas negras
[...]
Por la tarde hice el pequeño taller que un profesor nos había dejado, y finalmente me metí a mi computador.
Al momento de cargarse los datos, me apareció una videollamada
Era de Camila, y le contesté al instante.
-¡Maddie!- cuando me vió sonrió de oreja a oreja y aplaudió- ¿Cómo has estado?
-¡Cami!, pues bien, no ha habido mucho estrés en clases... especificamente
-¿Cuentame qué ha pasado?
-Explotarás- dije con una risa
-Si no cuentas no lo haré
-Eric...
-¿Qué con ese idiota?- reí, a Camila y a mí nos caia muy mal Eric ya que ella era una de las únicas que me habían estado apoyando en esos momentos
-Está aqui
-¡¿QUÉ?!-gritó desde el otro lado de la pantalla-. ¡¿Cómo así que está alli contigo?!, ¿No que estaba fuera del país? Debería estar en África siendo comido por leones. ¡Dios, qué ganas de matarlo ahora mis...!
Apagué el sonido de su lado y solo veia a Camila mover los labios y hacer caras raras; yo solo reia
Cuando terminó de mover la boca prendí otra vez el sonido
-Solo me empujo a una fuente y me hizo ir a la enfermeria. Pero han pasado demás cosas
-Pues dime, sabes que puedes confiar en mí
-Es un chico. Tú sabes lo que pienso de ellos- Camila rió, y yo le seguí-. Es super bipolar, la verdad. Y estresante ¡Por Dios! No sabes en los dramas que nos hemos metido
-No te preocupes, los hombres siempre son así, hasta Ash- dijo Camila y rió, al fondo de escuchó un "¿Qué?", y luego ella rió con más fuerza.
-Gracias Cami, hablamos ahora que voy a salir
-Vale, que disfrutes sin mí-sonrió, y acabó la llamada
Pasé la tarde con el grupo, todos decidimos hacer una pequeña fiesta en la habitación de Tomy, y nos quedamos en esta hasta las una de la mañana, hora en la cual subí tambaleándome debido al según jugo de manzana que ellos me habían dado.
Al llegar a mi habitación solo me quité el short y la camisa.
Me dormí, en ropa interior, en cuanto mi cabeza tocó la suave almohada.
Narra Dustin
●Las seis y diez de la mañana.
El día anterior me había escabullido del vigilante y había llegado sano a mi habitación, no sin antes faltar a la primera clase, y ver, por la tarde, a todo el grupo caminando con cajas con botellas de cerveza hacia la habitación de Tomy.
"Gracias por invitarme" había susurrado.
No tenia ganas de ir a clases; estaba cansado y no queria que me comenzaran a preguntar por qué tenía una venda medio rojiza en una mano.
Me la puse despues de llegar a mi habitación.
En ese campamento de verano a los quince años me enseñaron todo acerca de cómo curar heridas; revisar que no quede nada, limpiar, echar ese líquido raro, poner la venda y ajustarla para que quedara firme.
Decidí que tenía que ir a clases, no diría nada, y solo prestaría atención.
Me bañé, vestí, cogí mi guitarra, y salí de la habitación.
Se me notaban las ojeras, bostezaba seguido y cerraba los ojos constantemente.
Esa también es una causa de estar todo el tiempo leyendo hasta altas horas.
Desde que comencé Ciudad de Hueso ya había adelantado hasta pasar al cuarto libro, Ciudad de los ángeles caidos.
Doblé la esquina para ir a las escaleras y me encontré a Maddie saliendo de su habitación; ni se percató de que estaba allí.
Llevaba una blusa sin mangas lila con un overall azulado y unas vans grises; llevaba en sus manos una caja con diseños de uncornios.
Lancé una pequeña risa y seguí a mis respectivas clases.
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Llorar no es una Alternativa [University Life]
De Todo¿Será que los secretos duran? ¿Que el amor se toma en serio? ¿Que las lágrimas se secan? ¿Que... llorar no es una alternativa? Tratando de superar un pequeño incidente de sus 5 años, Maddison Colligan es una chica de 17 años que tendrá que enfrentar...