Provocación.

11.2K 703 58
                                    

-Advertencias-

·Bakugõ y la protagonista son estudiantes de la U.A.

·Narrado en primera persona.

·····



Salgo sudada y agitada del área de combate. Esta vez el lugar fue una fábrica con todas sus zonas de mantenimiento y donde debíamos simular rescatar a empleados de un ataque villano. Es un área nueva que el director Nezu insistió en que seamos los primeros en probarla.

Sero corre detrás de mí y me palmea la espalda, me felicita por mi esfuerzo pero se ve igual de cansado que yo, o incluso más. Luego le sigue Mineta, también parte de nuestro grupo, con sus irrelevantes comentarios pervertidos donde se queja por no haber llegado a 'atacar' especialmente a Momo —quien formó el equipo de los villanos— y nos echa la culpa por haber perdido el tiempo. Le recuerdo, con mi paciencia ya al límite, que en primer lugar perdimos tiempo porque fue él quien tuvo la idea de vigilar escondidos y tomar por sorpresa a los villanos que ni siquiera habían entrado a la fábrica. Y todo fue a peor cuando en el exterior nos esperaba Bakugõ con su serie de explosiones consecutivas. 

Hoy se vio más determinado que nunca, y todavía me recorre un escalofrío en el cuerpo por recordar su imagen persiguiéndome desde los cielos. Su mirada decidida, astuta, estratégica y obstinada se me clavó como una bala antes de que sus explosiones me arrinconaran... Pero agradezco que la campana sonara a mi favor cuando se terminó el tiempo y no pudo derribarme. Aunque... juzgo sus métodos por intentar conseguirlo. Me pregunto por qué fue que se demoró tanto en rodearme con la cinta si ya me tenía entre sus brazos y contra la pared. 

¿Es que acaso dudó? No. No lo creo. Su mirada no demostraba eso. Pero me cuesta encontrarle un motivo a su inmovilidad, sabiendo que Bakugõ siempre tiene un plan y no se detiene por nada. 

Y precisamente, creo haberlo invocado con mis propios pensamientos, porque mientras tengo a mi lado a Mineta recriminando mis quejas hacia él y diciendo que el empate fue mi culpa..., siento una incomodidad en la espalda que me obliga a darme vuelta.

Y ahí está. 

Bakugõ camina detrás nuestro. Y me está mirando.

Ignoro a Mineta, ralentizo mi paso y me sitúo junto a él. Se muestra imperturbable por mi presencia pero me mira de reojo, con la mitad de su cara oculta en el cuello de su traje. Sus hombros se mueven de lado a lado mínimamente ante cada paso firme que da y sus puños se ven tensos a los lados de su cuerpo. 

Estoy por decir algo sobre su ceño fruncido, pero él se adelanta... como es de esperar.

—¡La próxima te venceré! —Gira el cuello con brutalidad para clavarme sus ojos rojos rodeados por el antifaz—. Y ni se te ocurra ponerte presumida porque fuiste inútil toda la batalla. —Me señala con su dedo índice.

Y como es de esperar también, yo reacciono:

—¡¿De qué estás hablando?! ¡No fui inútil!

—Claro que sí —reprocha en voz alta, con aspereza, alzando su mentón para que sus labios fueran descubiertos por su traje y pudiera oírlo mejor. A su vez, comienza a quitarse sus guanteletes de granada. 

Por delante nuestro, veo a Sero haciendo ademanes con su mano para que le reste importancia a las cosas que dice Bakugõ, pero bien sabe que no me quedo callada cuando se trata de él. Nuestras batallas son constantes y no esperamos a estar en una sala de entrenamiento o con el profesor para competir. Y creo que eso se debe a nuestra confianza y, en parte, por compartir gustos y aficiones. 

Micro Escenarios de Bakugõ Katsuki •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora