Micro Escenarios de Bakugõ Katsuki •

Juntos.

-Advertencias-

·Universo de BNHA./·Bakugõ y la protagonista son novios./·Asisten al segundo año de heroísmo.

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—¡Vaya! —exclamó Kirishima con una sonrisa—. La próxima vez deberíamos invitarlos a cenar, ¿no crees? Podríamos preguntarle al profesor Aizawa. Sé que TetsuTetsu será el primero en aceptar —opinó mientras salían de los dormitorios de la clase 2 B, luego de una amena y breve visita aquella tarde.

Pero, sin embargo, caminando a su lado, Kaminari permaneció callado, centrado en el celular entre sus manos. Kirishima lo vio de reojo, pero siguió hablando, aprovechando aquel silencio para seguir pensando en su propuesta.

—Quizá este fin de semana no podamos. Mucho menos el próximo. Hay muchos exámenes dentro de poco tiempo y ninguno querrá. —Llevó su mano a su mentón como si potenciara el análisis a sus ideas—. Deberá ser luego de las prácticas evaluati-

—¡Maldición! —lo interrumpió repentinamente el rubio a su lado, logrando que Kirishima diera un pequeño respingo y cambiara su expresión a una de total asombro y desconcierto, mirándolo con sus ojos abiertos hasta el límite—. ¡Aún no me ha respondido! —Kaminari vociferó tan sorprendido como decepcionado, frunciéndole el ceño a la pantalla de su celular y con un puchero descontento naciendo en sus labios.

—Mmm... ¿De qué hablas? —cuestionó Kirishima algo confundido, y estiró su cuello con curiosidad para también ver y descifrar lo que le sucedía a su amigo.

El rubio, pasando a estar algo molesto, levantó su celular y orientó la pantalla hacia él, dejándolo a tan corta distancia de su rostro que Kirishima debió echar el cuello hacia atrás para poder enfocar sus ojos en el chat frente a él.

—¡Bakugõ! —se quejó Kaminari—. Le mandé mensaje hoy temprano para pedirle la tarea de matemática y solo me clavó el visto. —Arrugó su trompa hasta fruncir el puente de su nariz, a su vez que bufaba por ella. Tensó su espalda hasta encoger sus hombros y su paso se volvió más pesado.

—¿Y por qué no se lo dices en persona? Viven en el mismo lugar —sugirió Kirishima con suavidad, sabiendo que Bakugõ no era de las personas que se pasasen el día entero usando su celular y era de los únicos que llegaba con más del setenta porciento de batería a medianoche—. Por lo general, a esta hora hace las tareas que tiene pendientes. Si vas a su cuarto y se lo pides, quizá te ayuda... Quizá —reflexionó y consideró la posible negativa que podría recibir Kaminari si no llegaba en un buen momento para Bakugõ. Alzó la mirada hacia el anaranjado cielo sobre sus cabezas, y se imaginó a un rubio ceniza echando con explosiones a cualquiera que tocase a su puerta. Por ello, Kirishima suspiró y dejó caer sus hombros, hablando con abatimiento cuando dijo—: Mejor sería que se lo pidas a otra persona.

—¡¿Eh?! ¡¿Por qué?! —exclamó Kaminari como si le pidieran una atrocidad—. Todos me explican cómo hacer la tarea, pero yo no pido eso. Bakugõ, como no tiene paciencia para explicarme, simplemente me da la hoja y me dice que solo tengo cinco minutos para copiar. Luego me echa... —Alzó los brazos y apoyó sus manos detrás de su cabeza, logrando una postura muy relajada y altiva, muy orgulloso de su estrategia—. Pero créeme que cuenta cada segundo —añadió en un murmuro reprochador.

Pero Kirishima solo pensaba una cosa, y eso lo llevó a contraer el rostro en pena, con mucha preocupación.

—Es que... Bakugõ no está pasando sus mejores días. ¿No te has enterado?