-Advertencias-
· Los personajes son adultos.
· Bakugõ y la lectora son pareja.
· Universo quirkless.
· Narrado en primera persona.
·····
Todos tenemos una película favorita que, sin importar cuantas veces la veamos, jamás nos vamos a cansar, vamos a decir los mejores diálogos a la par de los personajes y vamos a seguir sintiendo lo mismo que sentimos la primera vez que la vimos. Si hay que llorar, lloraremos. Si hay que reír, lo haremos mil veces con ese mismo chiste. ¡Es inevitable!
Para algunos, esta afición es absurda y aburrida, sin embargo, otros, los que pertenecen a este club, reconocen y admiten que hay una serie o una película que tienen como favorita para repetir una y otra vez.
En mi caso, hacer maratón de los clásicos de Disney es una maravilla y un lujo que me permito algunos fines de semana. Empiezo mientras preparo la cena, y sigo hasta la madrugada, mientras me tomo varias tazas de té o café (o helado en épocas de verano), hasta que termino cansada y duermo.
Pero hay una sola película de todos esos clásicos que puedo ver incluso por varios días seguidos, y esa es Hércules. Me canto todas las canciones, me sé todos los diálogos de y saco varios memes de allí.
Hay gente que me dice que supere de una vez por todas esas películas y comience a ver otras cosas como Juego de Tronos. Pero, no me interesa. ¿A quién no le gusta las películas de Disney?
Quien diga que no le gusta... ¡Miente!
Seguro en secreto hacen maratón de Toy Story, y se les escapa un hipo de nostalgia cuando Andy se despide de sus juguetes para ir a la universidad. ¡Niéguemelo!
En mi caso actual, hay un pequeño problema... y es que, desde que formé este hábito a los veinte años, no tuve en cuenta que lo seguiría religiosamente hasta tener veintisiete. Ahora, mi vida no es la misma que hace siete años atrás, claro.
Mi yo de veinte años (y yo ahora) no tuvo en cuenta que luego tendría pareja e iría a vivir con él.
Katsuki, mi novio hace tres años, sabe a la perfección esta pasión que tengo por la famosa franquicia de animación. De verdad, se lo dejé muy claro desde el primer día que conversamos porque, da la casualidad, que nos conocimos en una librería, y cuando vino a hacerme una pregunta yo estaba por comprar el libro de recetas de cocina de Disney.
Él no puede decirme que no recibió ninguna advertencia.
Mi afición por hacer maratones y ver repetidas veces la misma película nunca fue un problema hasta que empezamos a vivir juntos. Me acompañó las primeras dos veces, a la tercera se quedó dormido cuando puse La Sirenita, y a la cuarta vez intentó que por esa vez dejara mi maratón. No lo consiguió.
Mientras desayunábamos al día siguiente y él me miraba con cara recelosa mientras masticaba una tostada, le dije que se olvidara de que yo dejara mi pasión por las películas Disney, que era iluso si pretendía que yo simplemente dejara todo a atrás solo porque sí. En ese momento no me respondió nada y siguió comiendo, mirándome con los ojos entornados y el cabello despeinado y, al parecer, terminó por olvidarlo porque hasta hoy en día no me dijo más nada. Solo le prometí que no vería ninguna de mis películas durante la cena, pero que sí lo haría después.
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Micro Escenarios de Bakugõ Katsuki •
FanficDicen por ahí, que la magia de la vida se esconde en los pequeños momentos. Para poder entender mejor esa expresión, me atreví a crear un libro con muchos escenarios que demuestran cómo un sentimiento tan grande cabe en un escrito tan pequeño. ¡Bie...