CAPITULO 9

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HERA

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HERA

Alcohol, drogas y sexo son los factores que más predominan en el lugar, estoy en un recibidor en espera de Alessandro para entrar juntos a pesar de encontrarnos alejados de las personas, en el ambiente todavía se encuentra lo mismo.

«Debería de estar en New York con Aleska en estos malditos momentos, pero no a un estúpido mafioso se le ocurre secuestrarme.»

A pesar de mis intentos por escapar no lo he logrado, más ahora que todo el mundo se ha enterado que, la mafia italiana tiene una reina.

Mi vida ha dado un gran giro, a pesar de intentar no formar parte de este mundo de mierda no he logrado liberarme.

Ahora mi cabeza tiene un precio tanto que para las otras mafias y enemigos de Alessandro soy como un trofeo para demostrar que pueden tener mucho más poder que Alessandro.

Las discusiones con Alessandro, se han volvió muy cotidianas como nuestros acercamientos cada vez que lo tengo cerca mi corazón empieza a acelerar y no puedo evitar bajar siempre la vista a sus labios.

Me doy un vistazo en el espejo frente a mí para admirar mi elección una vez más, porto un vestido de seda digno de una reina como yo, es rojo carmesí, ceñido a mi cuerpo y resalta mis curvas, tiene un corte que deja a la vista una de mis piernas, se que cualquiera que me vea no dudara en hacerlo dos veces para comprobar que mi belleza es real.

Mis pensamientos son interrumpidos cuando de pronto me doy cuenta de que varios tipos están entrando, visten todos de traje, tienen una misma energía igual a la de Alessandro, aunque la de él es mucho más potente, por algo es el rey de la mafia.

Últimamente siento esa tensión cuando estoy cerca de él, más no quiero que sienta que tiene control sobre mí, por eso trato de evadirlo siempre.

-No sabes cuánto me gustaría entrar en esa cabecita tuya y saber qué es lo que te tiene tan intrigada- dice Alessandro apareciendo de la nada frente a mí.

-Realmente no te gustaría- respondo secamente, yo sé que no, nadie sabe lo difícil que es el lidiar con toda la mierda de mi cabeza.

- ¡Ese humor! - rueda los ojos- Solo venía a decirte que no quiero que estés aquí a la vista de cualquier imbécil, tengo una reunión y conozco muy bien a estos idiotas, ve a un lugar donde no llames tanto la atención y no sales hasta que yo diga.

- ¿Eso es todo señor o necesita algo más, con gusto lo trataré de complacer, te hago té, te planchó, te lustro los zapatos? Yo con gusto lo hago- digo sarcásticamente mientras el solo ríe, esa risa que me eriza la piel.

OBSESSIONS THAT KILL©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora