CAPITULO 26

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ALESSANDRO

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ALESSANDRO.

Llegar a nuestro destino se ve estancado ya que a Lucian se le ocurrió venir a uno de nuestros clubs.

Bajo del auto y observó la entrada, Lucian pasa al frente de mi con una sonrisa.

—Señores— nos reciben en la entrada— Pasen adelante.

Todos entramos al club, que parece más un burdel, al entrar logro ver a sumisas en el lugar, logró ver como algunos escogen irse a los rincones mas oscuros del lugar, para no ser visto teniendo sexo, las mesas se encuentra abastecidas de alcohol donde se encuentran los clientes, algunas de las sumisas se encuentran al lado del clientes hablandoles de forma coqueta, lo cual se que viene después, mi vista vaga a una de las mesas mas al fondo y logro ver como estan teniendo una orgia a la vista de todo el mundo.

Rapidamente me doy cuenta que como está organizado el lugar, las sumisas son las que se encuentran de camareras y las putas se encargan de tener sexo si lo desean los hombres.

El olor a sexo, alcohol se sienten fuertemente en el lugar, nos sentamos en una mesa alejada la cual se encuentra alejada de todo el espectáculo erotico.

—¿A qué venimos?— pregunta Adrian con enojo.

—A divertirnos— contesta Lucian mientras observa atentamente a alguna de las putas— y a tener sexo.

—Maldito ninfomano— dice Adrian con enfado.—Sabe que si mi esposa se entera que tuve sexo con alguna mujer me corta las pelotas?.

—No seas aguafiestas.— responde Leandro— Si te cortan las pelotas ya no te tendrias que preocupar por tener crias.

—Idiotas.

Una de las camareras se acerca hacia nosotros, me doy cuenta que su vestimenta cubre muy poco, Adria y Lucian coquetean animadamente con ella y sin disimulo alguno.

—¿Que van a pedir?— Adrian observa el menú, decidiendo que pedir.

Lucian le arrebata el menu a Adrian causan que suelte una maldición— Eres lento.

— una botella de Tequila, Whisky y una de Vodka— habla Lucian con una sonrisa coqueta.

La mujer me observa esperando a que pida.

—Una botella de Whisky— le digo y ella lo apunta, el menu me lo arrebata Adrian y pide, igual que Leandro.

Empiezo a mover mi dedo indice de forma desesperada en la mesa, el sonido de las personas teniendo sexo y los gritos como si fueran perras en celos de la putas se hace presente.

—Larguémonos de aquí— pide Adrian con aburrimiento— que si quieren coger llevenlas con ustedes pero a un hotel, mi hija y mi esposa están en la casa.

—No.

—Maldicion Lucian, si tanto quieres coger, hazlo solo no nos metas a nosotros a tus malditos fetiches sexuales. -- lo señala Adrian— sabes que nosotros tenemos mujer.

OBSESSIONS THAT KILL©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora