CAPITULO 6

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ALESSANDRO

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ALESSANDRO

Mi mente rememora una y otra vez la imagen de Hera.

Ese jodido cuerpo que tiene, su actitud decidida y el hecho de que pese a tenerla aquí encerrada, y a mi merced no la atemoriza, ella sencillamente no se acojona.

«Leandro tenía razón.»

Ella es una fiera, tiene un carácter complicado y eso me tiene fascinado; siempre he sido un hombre que tiene muy en claro lo que quiere y que no le teme a los retos y...

«Hera es todo un reto.»

Recordar su cara cuando la acorralé solo me hace calentar como un puto crío, porque sé que en el fondo me desea y yo me muero por hacerla mía, ella es fuego de esos que queman y yo me muero por tocar y sentir sus llamas.

Recordar todo lo que tuve que hacer para tenerla me encanta, porque mi reina cree en las personas equivocadas.

Sonrío mientras recuerdo como el que ella cree es su mejor amigo me la vendió, porque si Robert no es ninguna santa paloma.

Entro a la organización desde muy temprano de edad y ha servido para sellar contratos y negocios muy buenos que han dejado altas ganancias en la organización, es por eso que Robert es un pieza importante en el negocio, no es indispensable, pero nos gusta mantenerlo porque es útil.

-Señor.

Una voz conocida me interrumpe y yo giro mi rostro para ver a la intrusa que ha irrumpido sin permiso alguno en mi oficina.

-¿Por qué entras como Pedro por su casa?- La reprendo.

Alexa abre la boca sorprendida, aunque ni entiendo porque, ella sabe bien que aquí nadie entra sin una debida autorización.

«Se está buscando un tiro.»

Alexa es una mujer que lleva años trabajando para mi, una hembra buena y caliente, «No tengo como mi principessa.», con la cual tuve uno que otro encuentro sin importancia en la cama, me ha calentado las sábanas más que cualquiera.

Digamos que ella era mi culo recurrente; pero es más que eso aquí.

Ella se ganó pulso a pulso el respeto de mis hombres teniendo un puesto alto de mando y en todos los años que lleva en mi imperio ha mostrado fidelidad y lealtad hacia mi, también ha sabido mostrar porque es merecedora de estar donde está y manejar el puesto que tiene.

La observo unos segundos en espera de una explicación.

-Lo siento, señor.- Susurra con la cabeza gacha.

Arqueo una ceja en su dirección y...

-¿Qué haces aquí?- Pregunto y me doy para dirigirme al minibar.

OBSESSIONS THAT KILL©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora