Boku no Deku (KatsuDeku)

Kacchan XXI

Después de discutir con la mitad de la gente de la agencia, consigo llevar a Deku a su casa, él no quiere ir al hospital y yo solo soy un esclavo de sus deseos, así que hoy me encargaré de cuidarlo lejos de todos esos matasanos y el resto de héroes cotillas que empiezan a murmurar sobre nosotros.

Lo primero que hago es quitarle la ropa para meterlo en la bañera y tengo que luchar contra todos mis instintos para no acabar dentro con él, está convaleciente, así que me tengo que controlar.

Me sorprende esa fortaleza que tiene mientras curo sus heridas y no dice ni pio, yo que siempre pensé que era un quejica y un enclenque bueno para nada, se ve que cada día lucha con todas su fuerzas para ser mejor y lo admiro por eso.

Después, dudo si ponerle un pijama o dejarlo así como está, desnudo sobre la cama, pero es mejor evitar la tentación y tapar toda esa carne deliciosa a mi alcance y que echo de menos con cada fibra de mi ser.

—Oye Kacchan...

—¿Qué?—por su tono sé que no me va a pedir nada bueno.

—¿Podrías...podrías hacer otra vez eso?, ya sabes...

Me hace un gesto con su dedo y yo pongo los ojos en blanco, de repente mi cara pasa por varios tonos de rojo y empiezo a tener calor, y tengo que darme la vuelta para no mirar ese precioso cuerpo necesitado de caricias y mimos que se agita sobre las sábanas.

—Toma, será mejor que te tapes, no me siento capaz de ponerte la ropa—le digo lanzándole un pijama de su armario.

Escucho su risa sexy y me giro cuando ya está más decente, solo por si necesita que le ayude a colocárselo del todo.

—No seas pervertido, estás herido, te prometo que haremos lo que quieras cuando estés mejor...¿por qué te gusta eso?—pregunto intrigado.

—No lo sé, solo sé que me voló la cabeza, quizás es una zona erógena, o puede que solo sea porque eras tú, hurgando en ese sitio tan íntimo.

—Ya vale, no pienses en eso.

—Lo que no entiendo es, ¿de verdad te lo explicó Jiro?, no quiero pensar como salió esa conversación—ahora es Deku el sonrojado.

—Surgió de repente, solo preguntó por nosotros y le dije que éramos novatos y me soltó un montón de consejos, de sopetón.

—¿Qué más te contó?

—Me reservo el derecho de contestar a eso...al menos hasta otro momento.

Deku frunce el ceño, y yo lo miro divertido, lo arropo con cuidado y beso su frente.

—Voy a pedir algo de comer, ¿qué quieres?—le pregunto desde la puerta.

—Pensé que cocinarías algo para mí, ya que eres mi enfermera.

—Se trata de cuidarte, no de intoxicarte, no se me da bien cocinar.

—Que pena, yo pensé que eras perfecto.

—¿Perfecto?, me tomaré eso como el desvarío de un moribundo...pediré ramen, ya que no tienes ninguna petición.

—Me parece bien—dice Deku cerrando los ojos.

Después de pedir la comida, me dedico a curiosear el piso de Deku, todavía sigue con su manía infantil de coleccionar las cosas de All Might, y no hay ni una pared que no tenga uno de sus póster ni una sola balda con algún muñeco o cachivache del antiguo héroe número uno, pero me quedo atrapado cuando me encuentro con un rincón solo dedicado a mí, lleno de fotos y figuras de acción con mi cara, algunas realmente raras que deben ser exclusivas y que no conocía.

Pero lo que de verdad me deja flipado es ver uno de mis póster sin camiseta detrás de la puerta del baño, uno de esos demasiado sensuales que hice a regañadientes para una revista de adolescentes, y se me viene a la cabeza lo que ha podido hacer delante de mi foto y pensando en mí. Me siento terriblemente caliente y con muchas ganas de saltar sobre él, pero tendrá que esperar, así que lo cambio por una ducha fresca que relaja mis músculos después de la pelea.

Me paso el resto del día pendiente de él, ayudándolo con la comida y entreteniéndolo cuando se aburre, aunque lo peor es compartir la cama con él por la noche, yo lo intento, de verdad que si, pero es una criatura sensual que parece inocente y realmente, se las sabe todas...

Cuando más relajado estoy, durmiendo profundamente, empiezo a notar un calor muy intenso, y parece que mi mente está viendo toda clase de imágenes sensuales de Deku, creo que tengo un sueño húmedo, pero no puedo hacer esto, no estando a su lado, me resisto hasta que me despierto, solo para descubrir que tengo la boca de Deku aferrada a cierta parte de mi anatomía y entonces, un gemido escapa de mi garganta, junto con su nombre.

—Deku...