Kacchan XIX

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"Mierda, me cago en todo", al llegar a casa pensé que iba a poder despejar mi mente y sacar al maldito Deku de ella, pero es imposible, incluso su olor parece presente en el ambiente. Veo los platos sucios en la cocina y allí está el vaso que usó, las tazas del café, las gominolas que le gustan y que come a todas horas como si fuera un crío...hasta me da miedo entrar en mi cuarto y mirar la cama, esa de la que no salimos ayer en todo el día, y que contiene nuestras fragancias mezcladas, nuestro sudor y otros fluidos corporales...pero tengo que hacerlo, no puedo dormir en el sofá, así que me lanzo hacia la habitación y en un segundo, arranco las sábanas antes de tener la tentación de tirarme sobre ellas, aunque luego me arrepiento, y acabo en un rincón abrazado a esa ropa sucia pero que me lleva a recordar todos esos momentos con él.

"¿De verdad siento algo por él?, ¿hay algo más que lujuria en todo esto?", y como si necesitara alguna prueba, incluso mi vientre arde al mirar mi dedo y pensar que ha estado dentro de él, provocándole todas esas sensaciones tan confusas para mí.

Así que él necesita alguien mejor, alguien que lo cuide y lo proteja, sobre todo de gente como yo, ¿pero por qué me resulta tan duro pensar en Deku con otra persona?, sobre todo con alguien como ese bastardo mitad y mitad, seguro que no es más que un instinto de posesión, otro sentimiento primitivo y animal, muy propio de la bestia que no dejo de ser.

Decido terminar con todo, tengo que dejar de revolcarme en mi miseria, así que recojo toda la ropa de la cama y la meto en la lavadora, también un par de camisetas mías que usó y que inevitablemente huelen como él. También todas las cosas de la cocina, aunque estoy dudando si tirar las gominolas a la basura o guardarlas por si vuelve.

"Que estupidez, no creo que vuelva"

Sin pensar, me llevo una a la boca, y me resulta un poco desagradable, bastante pegajosa y empalagosa, a mí me van las cosas fuertes y picantes, no me gusta lo dulce.

"Lo único dulce que me gusta eres tú", pienso sin querer.

Al final acabo lanzando el paquete al fondo de un armario, quizá mi mente se resiste a dejarlo marchar, y continuo ordenando la casa para dejar de pensar en todo lo que ha pasado.

Al final del domingo, la casa está como nunca, y todo porque soy un cabezota y no quiero analizar como me siento ni he querido tener contacto con Deku hasta aclarar mis ideas, claro que si no lo medito, no lo voy a saber, pero me da miedo descubrir que realmente no siento nada por él salvo una tonta calentura adolescente.

El lunes todo continúa igual, quizás peor cuando me cruzo a la entrada con Deku y casi no lo miro, pasando de largo hacia el vestuario. Solo espero que se marche pronto a descansar y así no tenga que verlo en todo el día, y mañana ya se verá.

Boku no Deku (KatsuDeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora