Han pasado algunos días, Scott comenzaba a tener problemas para mantener en control su parte lobuna, Derek conversó con el pero otra vez, no salió de la mejor manera posible. Ahora el castaño se encuentra caminando con cautela hacia la patrulla dónde se encuentra Derek Hale.
Se le acusa por el asesinato de Laura Hale, su hermana. Entra en el auto y observa a un moreno bastante furioso. "Me he puesto duro" pensó.
- Oye, para que lo sepas. No te tengo miedo. - dijo Stiles bastante nervioso. - Bueno, talvez un poco. - dice con sinceridad.
Hablan un poco, el menor le pregunta sobre la mujer lobo que mato, Derek no le dice lo que realmente pasó, no cree que valga la pena aún. En lugar de eso le habla sobre su propio amigo, le advierte sobre como no debe jugar por el poco control que Scott tiene y lo que pasará sí no lo detiene.
Se acerca a la rejilla que los separa, ambos miran sus labios y después sus ojos. Ambos se han perdido en los del otro. Stiles no puede evitar admirar las hermosas esmeraldas que Derek lleva como ojos, y Derek no puede tener suficiente de las avellanas de Stiles, después rompen el contacto visual, el tiempo se les agota.
- ¿Confías en mí? - pregunta el moreno. - creeme, quieres hacerlo. - responde por el menor que se queda con la palabra en la boca, la puerta se abre y su padre lo saca rápidamente del auto. El ojiverde no puede evitar pensar en el sueño que tuvo antes. Jamás se interesó por lo militar, así que ¿Por qué demonios habría soñado eso?
La patrulla comienza a avanzar, el sheriff no se molesta en platicar con Derek, atraviesan las calles y Derek logra divisar una tienda de empeño y si su vista no lo engaña hay unos periódicos del año 1945, especialmente del día donde la segunda guerra mundial había terminado. Un escalofrío recorrió su espalda. No dijo más y durante el trayecto trató de distraerse pensando en otras cosas, específicamente en quien sería el alfa que mató a su hermana.
El sheriff sintoniza una estación antigua de radio, suelen pasar clásicos ahí. Nadie puede culparlo el pop dominaba las listas en 2011 y el sheriff no quiere oír eso "Cualquier cosa es mejor que esto" dice el Sheriff.
- Ahora vamos con "Don't Fence Me In" de Bing Cosby & The Andrews Sisters. La canción salió en noviembre de 1944 y estuvo al tope de la lista por ocho semanas, es decir ¡fue también un gran éxito en 1945! - grita el locutor con basta emoción y enfasis en la última cifra.
Derek no puede pensar otra cosa más que "Debe ser una maldita broma". El sonido comienza a escucharse, primero el inicio de un sonido blanco de gramofono seguido del sonido del piano, luego otro instrumento que Derek no reconoce pero lo hace sentir cómodo. Entonces entra la voz, "Oh, give me land, lots of land under starry skies above,
Don't fence me in". Canta el hombre, una imagen de Derek y el castaño se proyecta rápidamente en su cabeza, están sentados cerca de una pradera llena de trigo, inundada por el cálido sol y el fresco viento. El moreno sale del trance y golpea su cabeza contra el vidrio por accidente.El sheriff voltea extrañado y observa cuidadosamente al pelinegro. Unas cuantas líneas más siguen pero Derek no les presta atención, trata de recuperarse de dicha memoria. "Send me off forever but I ask you please, Don't fence me in". Derek escuchó atento, un recuerdo un poco más largo se extiende ahora por su mente.
El soldado mira felíz a Derek, sonríe y le da un abrazo, le extiende un regalo envuelto en una tela beige y con un moño desgastado. El moreno en su mente Lee los labios del menor y parece que dicen "felíz navidad".
Hale regresa a la realidad, la canción parece que está por terminar y su cabeza palpita, es más, duele, es una migraña intensa. "Don't fence me in. No. Poppa, don't you fence me in". Termina la canción y más imágenes explotan en su cabeza.
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𝐓𝐞 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐞́ 𝐞𝐧 1945. | 𝐒𝐭𝐞𝐫𝐞𝐤 |
FanfictionHistoria finalizada. 📍 Derek Hale y Stiles Stilinski tenían una vida relativamente normal hasta el día que se vieron en el bosque, pues creían ya haberse conocido. A partir de ese momento señales comienzan a aparecer, recuerdos que no han vivido, s...