1° de septiembre de 1939.
Stiles.
Oh Dios, Oh Dios. ¡Está pasando!
Alemania invadió Polonia.
El cuartel está en alerta, las luces rojas que marcan emergencia hacen ruido por todas las instalaciones. Todos nos dirigimos al ala principal para recibir indicaciones, pensaríamos que sería tranquilo porque no ha pasado nada en nuestro país, pero no.
Estamos corriendo, hay caos en los cuarteles, los nuevos reclutas están muriendo de miedo, esa generación entró en agosto, y es septiembre. No tienen ni un mes de entrenamiento y ahora van a la guerra.
Me gusta platicar con ellos porque recuerdo cuando yo era así, descuidado, torpe y nervioso. A mí no me gustaba serlo incluso cuando Derek decía que era parte de mi encanto. Pero ahora nada se presta para tranquilizarlos, algunos se esconden en sus alcobas, otros ya han huido del lugar y otros comienzan a despedirse de sus familias.
Pero no pasó nada.
Dijeron que Estados Unidos no se involucraría... Aún. Eso fue de gran alivio, al menos para mí. A los novatos el aire les volvió a los pulmones. Derek también se miraba tranquilo. Esa noche dormí tan agusto como en mucho tiempo.
Los conflictos seguían, pero seguíamos sin entrar a la batalla. Y es que según la lógica de nuestro país, no haríamos nada hasta que decidieran meterse con nosotros. Es así como esperar lo peor se convertía en nuestro calendario.
Durante ese tiempo Derek fue nombrado primer sargento mayor, y yo estaba tan feliz por el. El también lo estaba, por un tiempo yo me mantuve sin ninguna línea o rango superior. Pero es que el esfuerzo rindió frutos, Derek me dijo que no me rindiera y obtuve el rango de cabo mayor.
Recuerdo todo muy bien, fue tan vívido. Ese mismo día Derek y yo nos escapamos a las colinas. Pusimos algunas sábanas sobre los pastizales y tuvimos sexo al aire libre.
La brisa se deslizaba por nuestras pieles, la naturaleza nos daba un paisaje como si fuera un paraíso. Derek fue gentil, preparó mi entrada, también lamió los lugares más inexplorados de mi persona, me tocó como sí fuera su instrumento. El es mi Mozart.
¿Yo? Yo no sabía nada, solo sabía besar y acariciarlo. Así que en un acto de desesperación quise darle cabeza. Tomé completamente su virilidad, me dolía la mandíbula pero comencé a trabajar. Al inicio fui descuidado y Derek me instruyó.
- No uses los dientes, usa la lengua. - decía el.
- Aprieta la boca, chupa las bolas. - ordenaba mientras jadeaba.
- Juega con la cabeza, tragate todo. - exigía y yo hacía caso, me tragaba todo lo que él liberaba. Sabe bien, mi estómago está calientito.
El me hizo lo mismo, pero también jugó con mi entrada, introdujo su falo por todo mi interior, lo hizo lento y con cuidado al inicio. Pero después comenzó con estocadas más rudas, mis glúteos cada vez estaban más rojos por nuestro choque constante.
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𝐓𝐞 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐞́ 𝐞𝐧 1945. | 𝐒𝐭𝐞𝐫𝐞𝐤 |
FanficHistoria finalizada. 📍 Derek Hale y Stiles Stilinski tenían una vida relativamente normal hasta el día que se vieron en el bosque, pues creían ya haberse conocido. A partir de ese momento señales comienzan a aparecer, recuerdos que no han vivido, s...