Capítulo 23.

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29 de abril de 1945.

Stiles.

Creo que de todas las maneras en las que pude resultado herido esta fue la más inesperada. Recuerdo que el 16 de abril habíamos llegado a la batalla de Berlín, solo quedábamos Vernon, Brett, Derek y yo de nuestro pelotón original, así que nos asignaron otro, de novatos. No había superado a mis anteriores colegas, pero al menos teníamos algo.

Derek estaba furioso, no podía creer que los novatos no pudieran disparar un arma o siquiera quitarle el seguro a una granada. Yo solo me reía, es que yo era igual, y se que si Derek y yo no hubiéramos sido amigos en ese entonces me regañaría igual, un tiempo lo hizo pero jamás con malas intenciones.

En fin, duramos en batalla un par de semanas así que no fue tan difícil. Hoy estábamos liberando un campo de concentración, el de Dachau que fue el primero que hubo. Esto gracias a qué la unión soviética pudo vencer a Alemania.

Dentro del lugar se encontraban muchas personas, había muchos asustados. Gente llena de miedo, inseguridad, y en condiciones inhumanas. Un adolescente de unos 14 años se encontraba arrinconado en una esquina, tembloroso y con lágrimas cayendo de sus mejillas.

- Hey, ya todo está bien. - dije mientras me acercaba con cautela.

- Komm mir nicht zu nahe, bleib weg. (No te me acerques, alejate).  - musitó el joven, claro que no me entendió, que bruto soy.

- Alles gut. (Todo está bien) - eso además de Ja o Nein era lo único que sabía decir en alemán, no es como que enseñen alemán en la escuela pública.

- ¡Stiles déjalo! - gritó Derek a la distancia. Supongo que vio algo que yo no.

Me acerqué un poquito más, hasta que me puse de rodillas frente a el. Le hablé con una voz calmada pero no contestó, insistí un poco más, acerqué mi mano a su cabeza y se dió la vuelta.

Fue muy rápido, al inicio pensé "¿Por qué gritas Derek?" Hasta que miré el costado de mi abdomen. Una botella rota de vidrio estaba clavada ahí, no sé que tan profundo llegó. Pero me acuerdo que vomité sangre.

Derek rápidamente me puso sobre sus piernas e hizo lo mismo que yo cuando el fue apuñalado. ¿Qué hace con una botella de Jagermeister? Ah... ya veo, me está curando.

- Hey, amor esto va a doler. ¡Perdóname por favor! - dijo con desesperación. ¿Siente lo que yo sentí? No pude hacer nada más que asentir.


- ¡KhaaGgh! - Apreté la mandíbula, grité de dolor, o más bien me quejé, Quien sabe cómo lo hayan percibido los demás.

𝐓𝐞 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐞́ 𝐞𝐧 1945. | 𝐒𝐭𝐞𝐫𝐞𝐤 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora